¿Pesadillas? ¿Terrores nocturnos? Una mala noche…

Nunca es tarde para vivir una nueva experiencia. No se puede decir “a mi nunca…”. Cuando menos te lo esperas, pasa.

La noche del domingo al lunes pasamos por primera vez una mala noche con Iván. No fue una mala noche, fue una mala hora pero la hora más larga del mundo, larga y muy desconcertante. Se había quedado dormido sobre las 9,30 de la noche, después de pasar casi todo el día fuera, jugando con los primos, en un cumpleaños y luego un rato en el parque antes de volver a casa, sin dormir siesta. Es decir, se durmió rendido, cansado de toda la actividad del día y sin haber dormido la siesta ni unos minutos.

A las 11 de la noche más o menos empezó a llorar. Al principio era un llanto leve, parecía que lloraba en sueños, pero pasaba el tiempo y no dejaba de llorar. De llanto leve pasó a llanto desconsolado, y de llanto desconsolado a agitación y pataleo. Estaba poseído, poseído y sufriendo. Nosotros no sabíamos que hacer, si dejarlo, si acercarnos, si despertarlo… Al principio me quedé observando y esperando de alguna manera a que cesara o se despertara, pero viendo que iba in crescendo decidí acercarme y cogerlo en brazos.

Seguía llorando desconsoladamente, como si yo no estuviera allí, como si no lo estuviera cogiendo, no era consciente de nada. Le hablaba y no respondía, solo seguía llorando y llorando, agitándose, por lo que no sabía si quizás le podía estar doliendo algo. Intenté despertarlo pero no parecía consciente, ni siquiera parecía escucharnos, solo seguía llorando a gritos y desconsoladamente, agitándose y retorciéndose.

Antía estaba despierta y lo miraba con gracia. Se creería que estaba jugando y yo, para que no se asustara, le decía “venga, vamos a cuidar al hermanito” y ella se acercaba acariciándolo, pero tuve que retirarla porque con el agitamiento Iván podía golpearla sin querer.

Hubo un momento en el que por fin parecía que se había despertado pero no quería despertar, quería seguir durmiendo y entonces empezó a gritar. A gritar “¡¡¡¡¡¡NOOOOOO!!!!!!” mientras intentaba zafarse de mis brazos. Yo le hablaba diciéndole que mamá lo cuidaba, que lo quería, que estaba ahí pero me rechazaba…

Al final, tras un buen rato decidí irme con él a la cama -porque estaba en el sofá, donde se había quedado dormido- y aunque él no quería y gritaba que no quería ir a la cama, que tenía hambre, me lo llevé en brazos y nos acostamos juntos. En cuanto nos metimos en la cama empezó a gritar que quería hacer pipí y lo llevé a oscuras al baño. Volvimos a la cama y otra vez a gritar que no quería dormir, que tenía hambre, tenía frío… Yo creo que estaba tan cansado y tenía realmente tanto sueño que el pobre no coordinaba.

Nos arropamos, lo abracé, lo acerqué contra mi, estaba ya muy nervioso y de llorar se le atascaban los mocos y no podía respirar, y eso me decía, “¡Mamá, no puedo respirar!”, así que empecé a hablarle muy bajito diciéndole que no podía respirar porque estaba llorando, que si dejaba de llorar se iba a encontrar mejor, que yo estaba allí con él para cuidarle y no le iba a pasar nada… Y así, susurrándole que se tranquilizara, que mamá estaba allí, se fue relajando hasta que cayó dormido como un tronco, empezó a roncar y no se despertó hasta la mañana siguiente.

Por la mañana no quería despertarse, estaba muy cansado y muerto de sueño. Le pregunté por qué había llorado por la noche y no se acordaba de nada. Sólo decía que tenía mucho sueño y que quería dormir más, así que al llegar al cole avisé a la seño que quizás no tendría una buena mañana.

No creo que fuera una pesadilla, pienso que de ser así se hubiera despertado con facilidad.Tampoco creo que le doliera nada, en ese caso no se hubiera dormido con tanta facilidad. Apuesto más por que era un terror nocturno a consecuencia del sueño y el cansancio. Siempre que a mis hijos les pasa algo nuevo, diferente, que no entiendo, intento empatizar y buscar una situación similar en mi, y en este caso pensé que cuando yo estoy muy cansada, no he dormido lo suficiente, he madrugado o he tenido mucha actividad, es cuando peor duermo, me cuesta entrar en el sueño profundo e incluso me suelen dar calambres en las piernas ya que padezco el síndrome de las piernas inquietas, que es más acusado los días de exceso de actividad y cansancio extremo. 

Pienso que quizás haya podido tener calambres o dolores musculares por el cansancio, porque a mi me pasa desde pequeño, recuerdo noches de no poder quedarme dormida o despertarme porque me dolían mucho las piernas y sentía la necesidad imperiosa de moverlas bruscamente para desentumecerlas, para aliviar el cosquilleo que sentía.

Sea lo que sea, no podremos saberlo a ciencia cierta, al menos no esta vez que ya ha pasado. Y espero que no se vuelva a repetir porque la verdad es que lo pasamos muy mal. Seguramente él no era consciente y no se acuerda, pero puedo asegurarlo que para mi ha sido muy duro verlo así.

Terrores nocturnos, no sois bienvenidos. No volváis.

6 thoughts on “¿Pesadillas? ¿Terrores nocturnos? Una mala noche…

  1. Opiniones incorrectas

    Ay, pobre Iván, ¡qué mal se pasa!
    Esperemos que lo que sea no se le repita.

    Responder

  2. batallitasdemama

    Puf, que susto, espero que no se repita, me imagino que el cansancio habrá tenido algo que ver. Un beso

    Responder

  3. Chitin

    Ojalá no se repita…a nuestro niño le pasa de vez en cuando, generalmente cuando ha tenido un día muy agitado, con muchas emociones. Yo lo pasó fatal por él, porque me siento impotente de no poder consolarlo, yo también lo cojo en brazos, lo mezo y le digo q está con mamá q no le va a pasar nada malo, unas veces se calma rápido, pero otras me cuesta mucho.

    Menos mal q tu nena se lo tomara a juego, nuestra chiquitina se asusta mucho cuando oye y ve a su hermano llorar, y se pone a llorar ella desconsoladamente, no te haces idea del panorama…si está papá en casa, pues uno con cada niño en brazos, tratando de consolarles, pero cuando estoy yo sola…paso muy mal rato!

    Responder

  4. Sofia

    vaya, lo siento mogollón.

    lo malo no es q una no pueda dormir, lo malo es verlo así, sin saber a ciencia cierta lo q le ocurre, sin saber cómo poder ayudar.

    yo, leyendo tu post entero, diría más bien lo q tú cometnas, q estaba tan tan tan cansado q a veces ese cansancio extremo provoca más bien irritabilidad.

    espero q esta noche vaya a mejor.

    besos

    Responder

  5. Marieta

    Yo también creo que fue el cansancio, a mi también me pasa que cuanto más cansada estoy peor duermo o más me cuesta dormir..
    espero que no se vuelva a repetir porque lo pasarías fatal…pobre Iván, menos mal que no recuerda nada.

    Responder

  6. Lu Navarro

    ya me paso con mi nena chiquita…tenia menos de un año.dicen expertos que desaparecen c el tiempo…pero q hay q controlar igual cada cuanto ocurre..gracias a Dios fue solo una vez….creo! Tbn la levante en la upa..le hablaba bajito p que no se asustara mas…pero ella..no abria los ojos…situacion complicada…ojala nunca mas les pase.besos.

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

16 − 3 =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.