Nunca es tarde para vivir una nueva experiencia. No se puede decir “a mi nunca…”. Cuando menos te lo esperas, pasa. La noche del domingo al lunes pasamos por primera vez una mala noche con Iván. No fue una mala noche, fue una mala hora pero la hora más larga del mundo, larga y muy desconcertante. Se había quedado dormido sobre las 9,30 de la noche, después de pasar casi...