La vida sexual cuando hay prolapso pélvico puede verse afectada y puede, además, ser un problema añadido a los que ya produce el prolapso de por sí.

Una de las dudas recurrentes cuando hablo de mi problema es cómo afecta el prolapso de los órganos pélvicos que sufro a mi vida sexual. Es una duda muy razonable porque, evidentemente, la pelvis, sus cavidades y órganos están absolutamente implicados en el plano sexual, ¡no estoy desvelando ningún misterio!. Pero es una pregunta que me hacen muy a mudo porque causa mucha curiosidad, como todo lo que implica al sexo en general.

No se si será lo normal pero, en mi caso, mis relaciones sexuales son completamente normales, satisfactorias y placenteras. Incluso cuando me han hecho regalos sexuales que luego hemos incorporado a nuestros momentos -nos gusta ser creativos e innovar- tampoco ha supuesto un problema. Mi vida sexual es normal y saludable.

Voy a hablar únicamente de mi experiencia, puesto que no soy profesional de la salud y, dado que hay varios tipos de prolapso según el órgano afectado, el grado de prolapso y cómo afecte particularmente a cada una, los casos y circunstancias pueden ser muy diferentes.

Sufro un prolapso múltiple de útero, cistocele -vejiga- y rectocele -recto-. Este último es el que en mi caso es más importante y el primero diagnosticado. He de decir que yo afortunadamente no sufro incontinencia urinaria ni fecal, cosa que ayuda mucho a sobrellevarlo, pero sí soy consciente de que mis órganos no está en su sitio por la presión en el pubis, la sensación similar a si se me hinchara un globo cuando hago esfuerzos, molestias y dolor en ocasiones y bueno, otros síntomas de los que soy consciente en el momento pero cuando tengo que pensar en ello no lo recuerdo.

¿Afecta mi prolapso a mi vida sexual?

La mayor evidencia de mi prolapso es que si me toco, lo noto. Puede sonar muy desagradable pero es así. Me daba cuenta de ello cuando me ponía los tampones durante la menstruación y ahora que uso la copa menstrual sexydream.es y tengo que, digamos, manipular mis interiores para colocarme la copa correctamente, más todavía. En realidad sentir el prolapso al tacto no es desagradable, pero claro, yo noto que ahí hay más carne, y si lo noto yo dirás que se tiene que notar durante el sexo… o no.

Mi prolapso pélvico no afecta en absoluto a mi vida sexual. Ni siento dolor o molestias, durante o después de practicar sexo, ni he dejado de sentir placer. Diría de esto último que más bien al contrario, pero lo achaco más bien al hecho de conocer mejor mi cuerpo tras mis partos que al propio prolapso, aunque también podría ser que al estar la zona más sensible esto favorezca que el placer sea más intenso. Pero son todo suposiciones mías.

La verdad, y esto sí va a sonar raro, tampoco le he preguntado a mi señor marido si siente algo especial, pero tengo la sensación de que, y esto es ya una apreciación mía, lejos de ser un problema, le añade un plus de placer. Tendré que preguntarle pero para qué decir otra cosa, llegado el momento no me acuerdo de hacerlo.

Lo que no puedo evitar es en mi dolor en la sínfisis del pubis, que yo creía que remitiría tras el embarazo pero vuelve siempre que hago algún esfuerzo, incluso el simple hecho de caminar durante un rato largo. Puede parecer una tontería, pero hasta que tienes un problema así no te das cuenta de cuánto involucra la pelvis y cuánto influye en tu vida.

Me ayuda mucho, eso sí, mantener la rutina de ejercicios y cuidados que me enseñó la fisioterapeuta durante mi rehabilitación de suelo pélvico. Tampoco voy a mentir diciendo que soy muy constante y los hago a diario, pero intento hacerlos habitualmente y especialmente cuando me siento peor.

Pero lo importante es que, a pesar de que tengo un prolapso de suelo pélvico múltiple y complejo que afecta a mi salud y a mi vida en muchos aspectos, al menos a nivel sexual puedo estar tranquila, tener “normalidad” y disfrutar de mis relaciones sexuales.