Un año con mi Pequeña Princesa

El año pasado a estas horas estaba a punto de conocerte, viviendo de nuevo un parto de riñones muy doloroso que quise vivir en toda su intensidad; quise sentir cómo mi cuerpo se revolvía para abrirte paso a la vida, quise ayudarte con cada una de mis contracciones y hacerte el camino más fácil, quise ser muy consciente de cada uno de los dolores que anunciaba tu cada vez más cercana llegada.
Tuve momentos de flaqueza en los que pesé que no podría hacerlo sin ayuda, pero también fui fuerte para convencerme a mí misma de que nadie mejor que mi cuerpo sabía cómo ayudarte a venir al mundo, ese convencimiento hizo que el dolor fuera secundario y mi mente se concentrara solo en ti, en tu seguridad y en tu bienestar. 
Fue un parto rápido pero no precipitado como el de tu hermano mayor, tu explusivo fue  muy pausado, a tu ritmo, a mi ritmo, recuerdo como si lo estuviera viviendo ahora mismo cómo tu cabecita se asomaba al mundo, recuerdo un dolor maravilloso, un dolor que significaba vida. 
Viniste con tres vueltas de cordón alrededor de tu cuerpo que afortunadamente no supuso ninguna complicación y así, tras un parto sin prisa pero sin pausa, te pusieron sobre mi cuerpo cuando aún nos unía ese lazo que era el cordón umbilical.

Y como un gatito hambriento reptaste hasta mi pecho al que te prendiste al momento, ahí nació un vínculo que todavía hoy nos une y compartimos. Cuánto disfruté ese momento, después de un parto maravilloso no podía haber sido mejor la manera de conocernos, no podía parar de acariciar tu preciosa melena morena mientras tomabas las primeras gotitas de mi oro líquido que tanto te gusta.
Llegaste al mundo robándole el protagonismo a tu abuelito, pero sobre todo a tu hermano, teniendo que posponer su fiesta de cumpleaños. Pero, lejos de querer ser el centro de atención, fuiste un bebé tranquilo y paciente y ayudaste a que tu hermano no se sintiera destronado con tu llegada. No le robaste el protagonismo, no llamaste la atención, simplemente estabas ahí y me permitiste quererte, cuidarte y dedicarme a ti sin dejar de hacer lo mismo con tu hermano.
Naciste con la cabeza erguida y los ojos bien abiertos, algo que sorprendió a la matrona y a los pediatras que te vieron posteriormente. Desde el principio has querido estar pendiente de todo, tienes una curiosidad innata que ha hecho que parecieras menos bebé de lo que eras y que hayas crecido a pasos agigantados, ya sonreías con apenas días de vida y nos anunciabas lo que ahora eres, una niña simpática, risueña y encantadora.

Contigo hemos aprendido de nuevo a ser padres, padres de dos; podías haber sido una niña demandante, llorona y de mal dormir, pero por algún motivo en lugar de eso no nos diste ningún trabajo, siempre has sido tranquila y te has conformado con poco, lo que me ha creado a veces cierto sentimiento de culpa por dejarte algo de lado en beneficio de tu hermano, que sufrió a su manera tu llegada. Tengo la sensación de que no te he podido disfrutar tanto como hubiera querido porque he tenido que repartir mi tiempo, mis fuerzas y mis brazos entre los dos, intentando no dejaros de lado a  uno más que a otro, intentando daros a los dos todo lo que precisabais de mi, sin tener el convencimiento de haberlo hecho del todo bien.

Viniste para completar nuestra familia, y además has completado mi vida, ahora se que no me falta nada más, que tú eras ese algo que mi corazón anhelaba. Contigo siento que estamos en equilibrio, que la balanza se ha nivelado, nuestra mesa ya no cojea. Antes estábamos Mamá y Papá solo para Iván, a veces Iván era más de Mamá que de Papá y Papá podía sentirse un poco de menos; ahora estamos Mamá y Papá para Iván y Antía, y entre los dos intentamos que nunca os falte nada, cuando solo yo me puedo ocupar de ti es Papá quien se ocupa de Iván, y cuando Iván reclama a sus Mamá es Papá quien se encarga de ti, y así, nos repartimos vuestra crianza intentando que nunca sintáis que os faltamos.
Has cambiado mucho en un año. Naciste muy pequeñita, con solo 47cm de longitud pero 3,040kg de peso bien repartidos, y con una abundante melena morena y unos ojos grandes, redondos y grises; ahora eres una niña delgadita, ni pequeñita ni grande, y ese pelito que tenías y que tanto me gustaba se fue cayendo y dando paso al fino cabello rubio que tienes ahora, seguramente heredado de mí, y tus ojos siguen siendo grandes y redondos de un color entre azul y verde, también seguramente heredado de mí. Y así enamoras a la gente, con la preciosidad de tus ojos y sobre todo de tu mirada, llena de vivacidad. Me encanta cuando estás inmersa en tus juegos, en tus cosas, tu mirada se cruza con la mía y tu cara se ilumina de felicidad, haces que me sienta la persona más importante del mundo, de tu mundo, y me llena de orgullo.


Ahora mismo, a las 2.00 de la madrugada, hace un año que te tenía en mis brazos por primera vez y empezábamos a conocermos, y no puedo dejar de mirarte dormir plácidamente aquí, junto a mí, haces que sienta que eres el auténtico milagro de la vida. Qué afortunada me siento de tenerte conmigo, no me canso de mirarte a los ojos, me pierden tus pequeños piececitos que me encanta mordisquear y besuquear mientras tú te ríes a carcajadas, adoro cada minúscula parte de tu cuerpo, te miro y te veo preciosa, perfecta, igual de preciosa y perfecta que te vi hace hoy un año. Por eso no he podido evitar ver de nuevo el vídeo de tu parto, qué gran testimonio de lo que viví ese día, me sigo emocionando cada vez que lo veo, y hoy más que nunca.
No me puedo creer lo rápido que ha pasado el tiempo y lo mucho que has cambiado, no te pareces al bebé que eras hace ahora un año. Te has adaptado a todas y cada una de las etapas de una manera asombrosa haciendo que casi ni me enterara de que ibas creciendo, no puedo quejarme de una mala noche (salvo la de ayer, que te quedaste dormida sin cenar y te despertabas cada dos por tres demandando tu teta, con ganas de juerga flamenca), no se lo que es que estés enferma (afortunadamente), comes que es una delicia, sigues adorando la teta y así da gusto criarte.
Tienes ya un añito y tus dientes parecen querer salir pero no acaban de hacerlo, por eso estos días estás algo más enrabietada. Y solo quieres andar, quieres suelo las 24 horas del día, eres intrépida y algo temeraria porque te escabulles con habilidad de las correas de la sillita de paseo y te pones de pie en ella, menudo peligro tienes. Solo quieres andar con libertad, en casa disfrutas explorando cada rincón, abriendo cada puerta o cajón, buscas mi mano cuando no tienes apoyo y eres feliz cuando logras aquello que se te mete en la cabeza. Te estás llevando más de un chichón por querer hacer más de lo que puedes, eres muy testaruda y quieres andar pese a que todavía no tienes la estabilidad necesaria, pero ya eres capaz de levantarte y mantenerte de pie sola, y volver a plantar el culo cuando ves las piernas flaquear en lugar de caer. Creo que andarás antes que tu hermano porque tienes muchas ganas de hacerlo, no dejas de intentarlo una y otra vez.
Tienes un carácter que creo que nos va a dar más de un quebradero de cabeza, no te dejas avasallar y te enrabietas cuando no consigues lo que quieres o te quitamos algo que agarras como un preciado tesoro, no dudas en gritar, patalear y manotear todo lo posible para demostrar tu geniecillo, ¿a quién te parecerás? -y ahora miro al aire, silbando, como si la cosa no fuera conmigo…-.
Pero sin duda lo mejor de todo es verte junto a tu hermano. Lo miras con admiración y devoción, lo reclamas, llamas su atención, te gusta jugar con él y aguantas sus embistes y su a veces desmedida efusividad, es una delicia veros compartir juegos, veros dormir juntos, ver cómo os buscáis, cómo tu hermano te cuida y te protege, cómo te dice TE QUIERO, te besa y te abraza espontáneamente porque te quiere con locura.
Es curioso como a menudo, en cada una de vuestras cosas, me doy cuenta de que pese a haber nacido de la misma semilla y ser hermanos, no puede haber dos personas más diferentes que tu hermano y tú, y es que no os parecéis en nada. Aún así, con vuestras diferencias, ambos sois adorables, os hacéis querer y os ganáis a la gente, sois diferentes en físico, carácter y personalidad pero iguales en simpatía, desparpajo y sociabilidad, sois niños con los que da gusto estar, y eso no es solo amor de madre sino que es la opinión de la gente que os conoce. Me lleno de orgullo con vosotros porque me felicitan por los hijos tan maravillosos que tengo, no he recibido mayor cumplido en mi vida que la felicitación por ser una familia tan bonita.
Hoy, mi niña, mi preciosa niña, cumples un añito. No te voy a felicitar por tu cumplir tu primer año, te voy a dar las gracias por haber llegado a mi vida, por darme tanto a cambio de tan poco, por hacerme tan extremadamente feliz. Se que no soy la mamá perfecta, a veces soy chillona, impaciente y quizás un poco exigente, pero soy consciente de mis errores, intento aprender de ellos y sobre todo no volver a cometerlos. Perdóname por no estar siempre a la altura de lo que te mereces y por mis fallos, créeme que intento hacerlo lo mejor que se aunque a veces me equivoque.
Hoy, mi niña, hace un año que soy un poco más feliz. Mi vida cambió cuando nació tu hermano Iván, y tú has sido la guinda para que mi felicidad sea plena, me siento tremendamente afortunada de ser tu madre, vuestra madre, y de que vosotros seáis el centro de mi vida. Durante tu embarazo te quería con locura pero no sabía si sería capaz de quererte una vez nacieras tanto como quería a tu hermano, no podía imaginarme sentir de nuevo un amor tan intenso; tú me has demostrado que el amor no se reparte, el amor se duplica, me das la vida al igual que me la da tu hermano, me provocas desvelos al igual que él, os quiero a ambos irracionalmente y de ninguna manera imagino ya mi vida sin ti, sin vosotros.

Hoy, mi niña, hace un año que me despedía de mi barriga, de esa maravillosa sensación de estar embarazada y llevar una vida dentro, con la nostalgia de no saber si alguna vez volveré a vivirlo, cerrando así una etapa fundamental de mi vida. Fue una delicia llevarte dentro de mi y sentir cada uno de tus movimientos, a veces me sorprendo llevándome inconscientemente las manos a la barriga como si todavía siguieras dentro, entonces te miro y doy gracias por tenerte junto a mí. No se si volveré a estar embarazada alguna vez, de no ser así, gracias por haberme dado un embarazo tan bonito, por hacerte notar tanto y por darme la oportunidad de disfrutar de ese estado de buena esperanza.

Gracias, mi niña, por regalarme tu sonrisa cada día, por mirarme con tanto amor, por dedicarme tu primera palabra, por hacerme sentir que soy el pilar de tu vida; gracias por hacerme tan inmensamente feliz, por dejarme ver la vida a través de tus preciosos ojos, por descubrir de nuevo el mundo contigo, por enseñarme cada día a ser mamá. Gracias, mi vida, por todo lo que me das. 
Felicidades, cariño, porque hoy cumples tu primer año de vida.

10 thoughts on “Un año con mi Pequeña Princesa

  1. Sesi

    Que hermoso, Nereida…. :')

    hace unos dias, precisamente me preguntaba si, cuando tenga otro hijo, seria posible amarle tanto como quiero a mi primer hijo.
    Este es el mejor ejemplo de que si, es asi.
    Me quedo con tu frase "el amor no se reparte, se duplica"

    Muchisimas felicidades para Antía. Para vosotros por ser unos padrazos y para Ivan por ser un hermano mayor tan cariñoso.

    Disfrutad de este dia!

    Responder

  2. un detalle original

    gracias por una entrada como esta¡¡¡

    Responder

  3. Bichitobola

    felicidades a las dos!! Un beso

    Responder

  4. Bea - Nanita Nana

    Ai! Me has emocionado!!!

    Qué bonito, y qué bien lo describes todo. Seguro que cuando Antía sea mayor, le gustará leer todo lo que sentías 🙂

    Responder

  5. Annie74

    Que bonitoo, ya estoy aqui con la lagrima colgando! Me has emocionado.
    Que muchas felicidades familia, porque ya estais completos ;D
    besos.

    Responder

  6. Frikimami

    que bonito! felicidades

    Responder

  7. Yolanda

    Qué entrada por Dios… tus palabras explican perfectamente el gran amor que le tienes a tus hijos. No me imagino lo que será vivir contigo, deben ser muy felices… y orgullosos de tener una madre como tú. Felicidades … aún me acuerdo el año pasado mirando tu blog a cda momento esperando que escribieras tu segundo parto. Besos lejanos de mar. Yolanda

    Responder

  8. London

    Tienes un bombón de niña!!!!! felicidades pequeña!!!!

    Responder

  9. Ali

    Enhorabuena!!! ha sido un año maravilloso, solo con leerte cada vez se nota.

    Responder

  10. Teresa Villegas Martin

    Joo acabo d eempezar a leer tu blog y ya estoy llorando..preciosa felicitacion…me encanta

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

diez + uno =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.