Hace poco unos amigos de unos amigos conocieron a Iván, ya le habían hablado de él y esa tarde lo conocieron en persona, y tras un ratito de café, charla y paseo de perra incluído, cuando nos fuimos nos dijeron algo que jamás olvidaré y que hace que me sienta especialmente orgullosa, porque no es para menos… nos dieron la enhorabuena porque Iván es un niño muy guapo, muy simpático y muy bien educado, y así nos lo dijeron, que guapo y simpático lo es por él mismo, pero en lo de educado algo tenemos que ver los padres, así que nos felicitaron por eso… y de verdad que es la cosa que me han dicho que me han hecho sentirme más orgullosa de mi misma como persona, como mujer y por supuesto, como madre.
Venga, un poco de todo…
Tendría que haber actualizado el blog hace ya días, pero casi no recuerdo la última vez que encendí el portátil… y sí, esto es mí es un hecho insólito, el portátil es mi otro yo en casa, pero no os voy a engañar, últimamente no tengo ganas de nada… bueno, sí, de sofá y mantita.
Dicen que no hay dos embarazos iguales, y no se si esto será una generalidad, pero lo cierto es que en mí se cumple. El embarazo de Iván, el principio por lo menos, que es lo que ahora mismo puedo comparar, no lo recuerdo como éste. Me cogió en la misma época y sí, estaba muy cansada, pero en aquella época trabajaba más horas, en peor turno, y en un departamento que en estas fechas se desborda de trabajo. Ahora en teoría debería estar más descansada, pero estoy como un trapo todo el día, me levanto cansada no, cansadísima, floja, con energía 0 y menos ganas.
Además estoy padeciendo aquello de lo que presumía no tener en el otro embarazo, las náuseas. No vomito, ni tengo arcadas, pero me paso el día con esa sensación de tener el estómago revuelto que algo más que incómodo. Estoy tomando caribán porque sufrir para nada es tontería, pero como soy un desastre, tengo la cabeza en las nuves y ando a mil cosas, cuando me olvido de tomarlo (como hoy) y pienso que lo mismo ya no me hace falta, al final tengo que tomarlo porque menudos asquitos que me entran.
Otra diferencia que echo de menos es el apetito… bueno, para ser más precisa, comer lo que me de la gana sin poner el peso proporcional. Creo que no he comido más en mi vida, y no he sido más feliz comiendo, que durante el embarazo de Iván, porque comía todo lo que me daba la gana, en la cantidad que me diera la gana, sin notarlo en el peso (puse 10kg en el embarazo y 6 kg se fueron en el parto, aunque luego volvieron porque lo que no se fue es mi apetito…). Si bien en este embarazo me planteé no abusar de las comidas para no incrementar mi apetito y evitarme así un apetito desmedido en el postparto, lo cierto es que no me ha hecho falta, porque apetito tengo poco, el normal, o en mi caso (que soy buena comedora) menos de lo habitual, y además por mucha hambre que tenga me sacio al tercer bocado y me siento como si hubiera devorado una vaca. No se qué dirá la báscula porque la tengo sin pilas, pero sospecho que algo debo haber perdido.
Pero bueno, no dejan de ser pequeñas cosas que tienen solución, ya que las náuseas se van con el caribán, como lo que quiero a pesar de que me sacie pronto, y el cansancio… supongo que se pasará, ya sabemos que el primer trimestre es el más chocante en este aspecto.
La barriga, pues sí es cierto que en los segundos embarazos sale antes, si me pongo algo ajustadito se nota, aunque no deja de ser un michelín creciente, nada de tripa de embarazada bonita, que para eso aún quedan unas cuantas semanas.
Para lo que ya queda muy poco es para la primera ecografía, que será este jueves, y como no, estoy loca ya por ver a mi lentejita, saber que todo está bien, para quedarme tranquila y seguir creyéndome un poco más todo esto.
Y bueno, también tengo que hablar de Iván, que está pachuchín el pobre mío. Estaba claro que la guarde nos iba a traer más contagios de la cuenta, y ahora le ha tocado el turno a la conjuntivitis. Esta mañana ha amanecido con los ojitos pegados, qué susto se llevó el pobre al ver que no podía abrir los ojos, y qué trabajo me costó diluirle las legañas. Ayer lo vio el médico de urgencias y el diagnóstico ha sido un catarro de vías altas con conjuntivitis, se ve que el moco se le ha ido a los ojos y lo expulsa en forma de legañas, así que ahí andamos, peleándonos con las gotas porque no hay manera de hacerlo por la vía pacífica. Está chocante, protestón, lloriqueón y mimoso, vamos, que se nota que no tiene el cuerpo para jotas, así que si mañana sigue tontorrón nos quedaremos en casa a recuperarnos un poquito.
Y a parte de esto está hecho un gamberro, en todo el esplendor de la típica frase “los terribles dos años”, no se le ocurre nada bueno, y aunque con gracia, en más de una ocasión me saca de mis casillas porque no se le ocurre nada bueno a este niño. Pero sigue creciendo, cada vez habla mejor y se comporta de manera más independiente, ya ha quedado muy atrás el bebé que era y en las cosas que hace me sorprende ver lo mayor que se me está haciendo. Y me da cierta nostalgia, como no, pero me siento muy feliz de ver que se está creciendo y avanzando y que bueno, no lo estamos haciendo tan mal.
No hay nada que te llene mas de orgullo que te digan que tu hijo es un sol y educado, verdad? mira que mi hija es super nerviosa y es un trasto pero a la vez es muy educada, se me cae la baba.
Yo he tenido tres embarazos y los tres distintos!! lo único en común es el hambre que me entra pero vamos que es lo normal en mi habitualmente…
Pobre Ivan. Para la conjuntivitis lo mejor es lavar los ojitos con suero para disolver las legañas. Tradicionalmente se usaba menzanilla pero ahora la desaconsejan.
A ver que te dicen en la ecografía.
Besitos
yo no puedo decirte xq nunca estuve embarazada,pero me imagino q no todos son iguales q siempre son diferentes,aunque mi madre decia q de mi y de mi hermano no tuvo ni una nausea.
pobrecito ivan,tuvo q desesperarse al ver q no podia abrir los ojitos,yo tmbn estoy resfriada,lo pillaron los peques de la casa y lo cogimos toditos.Un beso y ya nos contaras como sigue el peque y cositas de la ecografia!! 🙂