PARA COMÉRSELO

Photobucket

Es lo que se me viene a la mente cada vez que veo esta foto. Es que me encanta, está tan gracioso y tan guapo que se me cae la baba a chorrillos. Esta foto está hecha en casa de su tíos abuelos, sobre una mantita de pelo blanco en el sofá.
Cuando lo ponemos boca abajo hace fuerza para levantar la cabeza, parece que está levantando pesas, hace el ruidito típico del esfuerzo y yo no puedo evitar reirme al escucharlo, es muy gracioso.

Y es que cada día está más espabilado, cada día nos regala algo nuevo. Se ha vuelto un parlanchín, no para de hablar a todas horas, y cuando sabe que le prestas atención además se ríe que da gusto. Es un amor.
Y bueno, parece un viejete. Le ha dado por hacer ruiditos con los labios, como un viejo desdentado, juega con el labio de abajo, lo chuperretea… pienso en qué se le pasará por la cabeza, al estar descubriendo tantas cosas nuevas, tantas sensaciones… a nosotros nos resultan totalmente normales porque estamos acostumbrados, pero para Iván ahora mismo todo lo que le rodea, todo lo que le pasa, todo lo que siente es nuevo, y se ve que le fascina.
No puedo evitar reirme cuando se tira un pedete. Sí, ya sabemos que si esas cosas causan risa por lo general, en los bebés es ya la leche. Pero es que yo alucino con él, me hace mucha gracia, porque levanta sus piernecillas y dispara la traca, y luego con las mismas se me queda mirando con cara de “uys, lo que he hecho” y ¡se mea de risa el jodío! Claro que no sabe lo que es, así que pienso que se ríe porque se ha quedado más a gusto que un arbusto, como cualquiera.
Además está desarrollando su fuerza y se está empezando a dar cuenta de que la tiene. Con lo pequeño que es intenta ponerse de pie, aunque claro que no se aguanta, pero pone las piernas tiesas, rígidas, que no hay manera de doblárselas para que se siente, parece que quiera salir corriendo el muy bicho.

Siento que el tiempo pasa muy rápido. Hace nada lo cogía en brazos y tenía que sostener con cuidado su cabeza, y seguro que cuando menos me de cuenta estaremos corriendo tras él.
Pero aunque el tiempo pase rápido lo disfrutamos mucho, aprovechamos cada minuto, vivimos su día a día con mucha ilusión, cada segundo con él es un regalo.

One thought on “PARA COMÉRSELO

  1. Ness

    Claro que sí, cada logro de Iván es para hacer una fiesta, la pena es que de adulto nos olvidemos de lo fascinante que son las cosas del día a día, aunque gracias a estos enanos lo podemos volver a revivir…

    Mi Ivan tb pone una sonrisa picarona cuando se tira un pedete, además yo le digo uy y el muy bribón ya sabe lo que ha hecho o por lo menos sabe que habrá juego, pq me pongo a hacerle pedorretas…

    ¡Qué felicidad tan grande! ¿verdad?

    Por cierto, el timepo vuela y miedito me da…

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

uno × 4 =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.