Por qué no me gusta la regla de los cuatro regalos

regla de los cuatro regalos

Así de claro. No me gusta la regla de los cuatro regalos de Papá Noel, Reyes o quienes gusten regalar en los diferentes hogares. No me gusta para mi, ni para mis hijos.

¿Por qué digo esto? Pues porque desde hace varios días vengo leyendo la dichosa regla por doquier y ya el colmo es que mi marido me la haya insinuado para con nuestros hijos. Respetando a quien le parezca bien, pero va a ser que no.

Ahora que han pasado estas fechas y que hemos hecho compras, abierto regalas, valorado expectativas y realidad, me queda clarísimo. No quiero limitar la ilusión de mis hijos, quiero permitirles el privilegio de que sueñen y puedan tener aquello que anhelan.

Por si no conoces la regla de los cuatro regalos, te la resumo para saber de qué estoy hablando. Se trata de regalar por Reyes (o Papá Noel, o lo que celebres):

♥ Algo para usar (ropa, calzado y etc…)

♥ Algo para leer

♥ Algo que deseen

♥ Algo que necesiten

¿Por qué no me gusta esta regla?. Pues porque creo que ya suficientes reglas hay en esta vida como para tener que regular y limitar la ilusión de los niños. Simplemente. Y esto no significa hacerles chorrocientos regalos y dejarse la tarjeta de crédito en el intento, que oye, también me parece perfecto quien lo haga. Allá cada familia con sus deseos y circunstancias.

Para mi la magia de los Reyes Magos (es lo que más celebramos en nuestra casa, Papá Noel es testimonial) es precisamente poder soñar con eso que no tienes en el día a día, es algo totalmente excepcional. Es la oportunidad de poder pedir algo único, especial, que te hace ilusión.

Y así como a mi me gusta ilusionarme y sorprenderme con mis regalos, no me gusta que me regalen algo que necesito sino algo que me gusta y precisamente no me compro porque no necesito, me gusta que mis hijos se ilusionen. Porque ilusionarse y poder tener al menos una vez algo que quieres, y que no está a tu alcance, mola mucho.

Por qué no me gusta la regla de los cuatro regalos

La regla de los cuatro regalos se basa en limitar el número de regalos recibidos a solo cuatro en total, englobándolos en una serie de premisas educativas, y que no reciban más juguetes de los necesarios.

Pero claro, ¿quién decide cuál es el número de juguetes ideal, necesario o adecuado para cada niñ@?, ¿de verdad esto se puede pesar o cuantificar de alguna manera?. Sí, poder se puede, y de hecho se debe, pero entiendo que queda dentro de los límites que cada familia entienda razonable, no habiendo una regla general erga omnes.

Pero una cosa es disponer de más o menos presupuesto y tener que ajustarnos a ello; valorar si lo que piden nuestr@s hij@s es factible o adecuado; tener en consideración ciertas premisas a la hora de hacerles regalos. Y otra muy diferente es que por narices haya que seguir cuatro reglas, sin tener en cuenta los deseos de los más pequeños.

Te doy mis motivos para no seguir la regla de los cuatro regalos, nombrando cada una de ellos:

♥ Algo para llevar: a mis hijos los visto cuando hace falta, aprovechando además rebajas, promociones, ofertas, a parte de las cosillas que van heredando. Regalarles ropa les hace cero ilusión. Incluso cuando les compro ropa poorque les hace falta (y a veces no) me dicen que no necesitan tanta ropa.

♥ Algo para leer: en mi casa hay muchísimos libros, es algo que no me tiembla la mano a la hora de comprar durante el año. También aprovechamos ferias del libro y vamos mucho a la biblioteca. Los libros no son un regalo excepcional, son nuestro día a día.

♥ Algo que deseen: faltaría más que no tuvieran algo que deseen, si no ¿qué mierda de Reyes Magos son esos?. Pero de todo lo que les gustaría tener y no tienen a lo largo de todo el año… ¿solo una cosa? vamos no me jorobes.

♥ Algo que necesiten: lo que necesitan ya se lo compro yo cuando lo necesitan, punto pelota.

¿Quiere esto decir que tienen más regalos de los que puedan gestionar, caemos en el consumismo excesivo, los consentimos demasiado y demás argumentos que se escuchan cuando se saca el tema?

Pues mira, creo que no. O puede que sí, es algo tan personal que lo que yo considere razonable para ti a lo mejor es excesivo, o viceversa.

La realidad es que mis hijos tienen muchos regalos, sí, porque tenemos mucha familia -afortunadamente-. Pero nunca he visto que les parezca poco, que desprecien algunos regalos, que pidan por pedir o que se olviden de ellos a los dos días.

Quizás porque lo que piden es lo que realmente quieren, y lo anhelan tanto que, cuando lo tienen, lo disfrutan a tope. Y a mi me encanta esa ilusión.

Mi hija en su 4º cumpleaños vio que la mayoría de sus regalos eran ropa. A las madres nos viene muy bien, desde luego, pero ella, confusa, preguntaba por sus regalos. Regalos = Juguetes. Si la ropa le hace cero ilusión no seré yo quien, por una regla que alguien con algún tipo de superioridad moral se ha inventado, le estropee la ilusión.

Que entiendo que haya niños – y pa/madres – que pierdan el oremus con los regalos y se les vaya el tema de las manos. Pero también hay niños – y pa/madres sensatos que piden con conciencia y prudencia.

Yo de niña soñaba con los Reyes Magos, me ilusionaba, pedía, y adoraba la mañana en la que me encontraba todos esos juguetes que tanto anhelaba. Cuando fui creciendo y mis regalos pasaron de ser lo que yo quería a lo que mis mayores consideraban adecuado, la cosa dejó de tener gracia. Ni me hacía ilusión la bolsa de deporte para gimnasia, ni el diccionario de lengua que me hacía falta desde principios de curso, ni el abrigo para el cole, ni mucho menos la cantidad ingente de pijamas, bragas y calcetines.

Ni qué decir que esta regla no me gusta ni para mi. Me hace cero ilusión que me regalen algo que necesito o algo útil, porque eso ya me lo compro yo cuando lo requiere el momento o la circusntancia. Precisamente espero a estas fechas para poder tener eso que tanto me gusta pero que mi conciencia me impide comprar porque es un capricho, no una necesidad.

Así que por mi parte, mientras pueda, los Reyes de mis hijos será lo que ellos piden. Razonablemente, claro está, porque lo que no se puede, no se puede. Por eso me encanta visitar tiendas de juguetes con ellos, sentarnos a ver los catálogos, escribir la carta juntos. Vamos hablndo de lo que piden, razonando, proponiendo alternativas cuando algo se escapa del presupuesto o preveo que puede ser un fracaso, para hacerles pensar un poquito también y que no pidan por pedir.

Nuestra regla para regalar en Reyes, o la no regla

Nuestra regla para regalar en esa fecha tan especial es simplemente lo que quieran, razobablemente. Lo que es razonable lo decidimos nosotros según las circunstancias del momento, y punto pelota.

Y allá con lo que cada familia decida para con sus hijos. No seré yo quien les juzgue, mi respeto absoluto, puesto que cada uno sabe lo que hay en su casa y cómo educar a sus hijos.

También tengo suerte porque mis hijos piden poco. Aunque no creo que sea suerte, sino educación y conciencia. En esta familia hemos pasado una crisis económica severa de la que vamos saliendo poco a poco, y los niños han sido plenamente conscientes. Afortunadamente no les ha faltado nada, pero hemos aprendido que todo no se puede, que hay necesidades básicas irrenunciables, y hay otras cosas que si no pueden ser, no pasa nada. Lo importante es que no nos falte para vivir.

Al margen de la crisis económica, desde bien pequeños los hemos acostumbrado a no comprar por comprar. El dinero tiene un valor y no se puede malgastar. Tampoco podemos, y si pudiéramos no debemos, comprar todo aquello que se nos antoje. Tenemos dos momentos del año, las navidades y los cumpleaños, donde llegan juguetes suficientes para todo el año, y con eso nos quedamos.

Sorprendentemente para mi, porque son niños y a veces parece difícil que no se encaprichen, es algo que han asimilado muy bien. En general, nunca me piden que les compre nada. Me pueden decir “qué bonito es”, “me gusta mucho”, “tiene pinta de estar rico” pero no sale de ellos decir “¡cómpramelo!” y hasta el día de hoy jamás he vivido un momento “pollo monumental” porque no les he comprado algo que han pedido.

Así que, de cara a Papá Noel o Reyes Magos, nosotros dejamos que ellos elijan sus regalos. Sin son factibles, los asumimos con gusto. Si no lo son, ofrecemos alternativas o les damos a elegir lo que más más le gusta dentro de las posibilidades. Si lo que ellos elijen es es asumible, asequible, pues adelante, no le pienso poner impedimentos.

Lo cierto es que pedir, pedir, realmente piden dos o tres cosillas, normalmente asumibles. De hecho, a veces tengo que incitarles a que pidan algo más, porque lo que quieren es poca cosa, o ser nosotros quienes les sorprendamos con regalos que sabemos que les gustan, pero no han pedido.

Además, están tan acostumbrados a compartir, que lo que le traigan a cada uno será para todos, todos jugarán con los juguetes de todos, juntos o a su bola. En esta familia somos así de raros.

Para mi la noche de Reyes es una noche de ilusión. Un ilusión que me impedía dormir cuando era niña, y que ahora siento y vivo com madre. Para educarles ya tengo el día a día.

De hecho, creo que puedo darme por satisfecha de tener hijos que jamás me piden que les compre nada. Podemos ir a visitar jugueterías, que les encanta, que me enseñen todo lo que les gusta, soñar con aquello que pueden traerles los Reyes Magos. Pero no dicen “mamá, comprámelo”. Los juguetes que les traen los Reyes Magos serán con lo que jueguen hasta el año siguiente.

Así que no seré yo quien les estropee la ilusión por una regla.

3 thoughts on “Por qué no me gusta la regla de los cuatro regalos

  1. ariadna

    creo que has dado en el clavo cuando dices: “para educar ya tengo el día a día”. Pues creo que precisamente porque les educas día a día, puedes “permitirte” vivir con ilusión los Reyes.

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  2. patricia bravo

    Hola yo la verdad es que también somos muchos de familia y además por parte de mi marido y por la mia no hay niños solo los nuestros entonces traen una cosa en cada casa y en la mia pues 4 o 5 o 6 dependiendo de lo que pidan o del momento o el año como venga,,la verdad lo aprovechan mucho ,lo comparten todo y en mi casa juguetes no se compran en todo el año,asi que por que no darles el gusto el dia de reyes.

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  3. Taisa | Las Aventuras de Taisa

    La verdad es que a mi siempre me chirría un poquito esta regla. Más o menos por los mismos motivos. A mi me gusta mucho observar a mi hijo y hablar con él, e ir tanteando cosas que le guste, ir viendo los meses anteriores qué le llama la atención, a veces si que ve algún juguete en una tienda o que alguien tiene y le digo que lo anotamos a la lista de Navidad. Este año no hice lista porque no esperaba mucha cosa, y vinieron algunos regalos extra muy acertados, la verdad. Han sido muchos, pero diría que no ha sido excesivo. Como digo siempre, a veces yo me tengo que moderar más… Porque sabiendo qué cosas le gustan ¡Yo le compraría todo! Pero no puede ni debe ser, claro 😛 Curiosamente, este año sí le ha caído algo de ropa, porque tenía mucho capricho de las camisetas estas de lentejuelas que se dan la vuelta (una risa, porque claro, él me lo pedía en alemán… y yo no cazaba qué me estaba diciendo). Y por ejemplo, libros no le he comprado, pensaba cogerle por reyes, pero al final no hemos celebrado nada porque tuvo bastante con navidad que es cuando estuvimos con la familia.

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