Un San Valentín muy dulce y personalizado

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Nosotros
no solemos celebrar San Valentín, o al menos no lo celebramos desde
hace tiempo, si mi memoria no me falla. Recuerdo el primer San Valentín
con el que ahora es mi señor esposo, hace la friolera de 11 años,
llevábamos 4 meses juntos y me dio una sorpresa de esas que a una
chavalita de 22 años quita el hipo; me llevó a pasar la noche a un
hotelazo recién inaugurado de la cadena RIU, yo había entrado a verlo en
alguna ocasión y me fascinaba, así que de aquella no dudó en dejarse
las 16.000 pesetas que valía la habitación por noche para sorprenderme. Y
vaya si me sorprendió, sigue siendo uno de mis recuerdos imborrables.
Esa
era la época en la que había que currarse las cosas. Desde entonces
siempre hemos aprovechado la fecha para hacer alguna escapadita de fin
de semana, pero lo de los regalos creo que es algo que hace tiempo que
quedó atrás, además de que desisto del tema porque regalar a mi señor
costillo es lo más difícil del mundo.
Ayer
fui al Lidl a comprar pañales (desde que los he probado no quiero
otros) y nada más entrar me vi aburmada por los expositores llenos de
macetas con orquídeas, pequeños tiestos de osito con plantas, bombones,
cojines con forma de corazón, y sobre la marcha le envié un wassa a mi
costillo con el conciso mensaje “quiero un regalo de San Valentín”. Me
invadió el espíritu consumista y si no me lo llego a pensar me hubiera
venido a casa con alguno de los tiestos. Por supuesto no esperaba que mi
media naranja hiciera caso del mensaje…
Papá
llegó a mediodía y se vio que de mi wassa hizo efecto porque venía como
Papá Noel, cargado de regalos para todo el mundo. ¿No es el día de los
enamorados? pues trajo regalos para todos sus amores (ahora que lo
pienso, se olvidó de los gatos): para mí un práctico soporte de estos
que te pones sobre las piernas para estar sentada en el sofá y poder
leer, escribir o usar el portátil cómodamente, regalo no muy típico de
esta fecha pero muy práctico, la verdad; una pijama de Spiderman para
Iván; una camiseta de Hello Kitty para Antía (la primero y espero que
última prenda de Hello Kitty que tiene) y una caja de Ferrero Rocher
para él (que también se quiere mucho a sí mismo). Todos felices y
contentos.
Yo
tenía a medio hacer mi regalito, con esto de haberme animado con la
repostería creativa tenía horneado el bizcocho de brownie y preparada la
ganaché de chocolate para decorar una tarta con fondant, y ese iba a
ser mi regalo. Puede que no sea el mejor regalo del mundo pero para mí
era todo un reto, lograr hacer una tarta en condiciones con mis dos
manitas, sin ayuda de nadie más, y lo más importante, me hacía mucha
ilusión hacerle una tarta a mi maridín. 
Pues
la tarta casi se queda en el camino, ¡qué desastre! cuando fui a
separar las capas se me rompió el bizcocho, cuando digo romperse me
refiero a romperse literalmente, vamos, tuve que hacer un puzzle para
recomponerlo; me dije que con el almíbar y el relleno ya asentaría, y
bueno, más o menos parcheado parecía un corazón (utilicé el molde de
corazón del LIDL para hornearlo). Cuando llegó el momento de cubrir con
fondant aquello tenía muy mala pinta, irregular y desuniforme, bultos
por todos lados, se desnivelaban las capas, un desastre. La cobertura
era una capa de fondant blanco y mi idea era rodear el corazón con una
cinta de fondant rojo, que quedó desigual y horroroso. No sabía cómo
tapar tantos fallos, me inventaba cosas, amasaba, deshacía, volvía a
amasar y así over and over again, hasta que estuve tentada de tirarla porque ya era desperdiciar fondant, que no está barato precisamente. 
En
el último momento se me ocurrió recubrir el pastel entero con otra capa
de fondant en rojo, a ver si así disimulaba el fiasco. Lo logré y no
quedó del todo mal, ya parecía un corazón y solo había que decorarlo un
poco; pero a esas horas ya estaban los niños en casa y era “mamá quiero tal” por un lado y los llantos de “mamá teta-mamá brazos-mamá mimos”
por otro, me ponía nerviosa y no atinaba.

Al final acabé a las 12 de la
noche de decorar la dichosa tarta, quedó algo decente aunque no es lo
que me esperaba; pero me gusta el resultado, sobre todo esos dos gatos gordos mirando hacia la luna, mis gatis tenían que estar representados de alguna manera (aunque no me atreví a hacerlos de color gris atrigrado). Para entonces mi santo estaba ya roncando en el 4º
sueño, Antía acostada en su cuna e Iván dando saltos en el sofá. 

Y
hoy, todos juntos y en familia, le meteremos en cuchillo y probaremos
qué tal está el bizcocho de brownie almibarado con esencia de Amaretto y
relleno de ganaché de chocolate negro.

Puede que no sea
el mejor regalo del mundo, pero desde luego es único, de eso no hay
duda,  hecho con mucha ilusión y todo el amor del mundo. Porque aunque
discutimos, nos enfadamos y nos chinchamos, mi vida no sería lo mismo
sin mi maridín, que me ha dado lo mejor de mi vida, mis hijos, y si
antes de ser mamá lo quería con locura, ahora lo quiero aún más.

7 thoughts on “Un San Valentín muy dulce y personalizado

  1. Marieta

    Con lo que te lo has currado a ver quien se atreve a decirte que no les gusta…pedazo de bizcocho!!!! Seguro que esta buenisimo, asi que a disfrutar de él todos!! Esos son los mejores regalos, los que te curras, los que haces con todo tu esmero y dedicación pensando en las pesonas que quieres!
    Un beso

    Responder

    1. Nereida

      Currado está créeme, que fueron cerca de 6 horas intentando arrelgar el desastre y decorándolo. Y bueno sí, está buenísimo, eso no puedo decir que no. La verdad es que l aidea era esa, currarme un regalo con mis manos. Un besote.

      Responder

  2. SopitaSeca

    ¡Qué tarta tan bonita! Seguro que está riquísima, enhorabuena
    Ni te acordarás de mi ya, llevaba desaparecida mucho tiempo y por fin me voy poniendo al día así que he decidido saludarte.
    Besos!

    Responder

    1. Nereida

      Sí te recuerdo y me alegro mucho de volver a verte por aquí, espero que nos sigamos viendo. Un besote.

      Responder

  3. Sofia

    pues cualquier diría la q has liado para la tarta… porq te ha quedado GENIAL !!! de veras 😀

    me encanta 😀

    besotes, y espero estés disfrutando al 100×100 y más de tu nuevo estilo de vida.
    ha de ser genial poder estar con Antía e Iván todo el tiempo del mundo. disfruta.

    besos

    Responder

    1. Nereida

      Bueno, es que la foto engaña eh? menos mal que le puse la segunda capa de fondant, que con la primera parecía que venía de la guerra XD

      Estoy disfrutando a tope de mi nueva vida, bueno, de momento estoy muy casera, tampoco es que haya hecho nada del otro mundo, pero el hecho de no andar con prisas y estrés y tener todo el tiempo del mundo para mis niños es una maravilla.

      Un besote.

      Responder

  4. Maria

    Que bonita te ha quedado la tarta!!! Y estaba rica?? Oye yo tb estoy encantada con los pañales del LIDL! Un besito fuerte y feliz san valentin, retrasado!

    Responder

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