
Hoy me he levantado más tarde de la cuenta, aprovechando que era domingo, y porque Iván sigue sin recuperarse y dándome algunas noches. Sabía que había algún regalito por ahí guardado, y me ha hecho mucha gracia ver que nada más darse cuenta de que me había levantado se ha venido corriendo hacia a mí, estaba esperando impaciente para darme el regalito. Me ha ayudado a abrirlo, como no, y me ha encantado ver su carita de ilusión (aunque el regalo, como no, fue comprado por Papá), y después de un Mamá, te quiero mucho no he podido más que abrazarlo y comérmelo a besos.
La flor es la manualidad de la guardería, y podéis ver al comienzo del post la dedicatoria de la parte de atrás. Cuando yo era niña me hacía mucha ilusión preparar mi regalo en el colegio, y me imaginaba cómo sería cuando yo fuera mamá. Ahora ya se como es… y si cabe me hace todavía más ilusión, e intentaré conservar estos detallitos para cuando mis niños sean ya mayores, recordar estos momentos de su infancia tan tiernos.
Me autofelicito por ser madre, porque un hijo es el mayor regalo que la vida te puede dar, y os felicito a todas las que teneis este privilegio; y como no, a mi madre, que a pesar de todo es la mejor madre y abuela.
PD: Papá, espero la medallita para el día que Antía venga al mundo, que no se te olvide…
Felicidades!, bonitos regalos
felicidades!Me encanto la dedicatoria,que bonita!
Besotes
Felicidades!!!!!!!!!