No fumo, no bebo -asiduamente, de vez en cuando un Mojito entona este cuerpo serrano- no ando con hombres -ya me basta y me sobra con mi señor marido y mi Príncipe-. No soy una fashion victim, ni una esclava de la belleza, no compro potingues, maquillajes, perfumes ni cosmética más allá de la mínima necesaria para ir apañada. No compro libros ni música, voy al cine de higos a...