Toca despedir otro año, y desde aquí digo bien alto y claro “vete 2013, vete de una puñetera vez ya”. Sí, 2013 ha hecho honor a la malaje de su número y para mi ha sido nefasto. Año horribilis. Tenía muchas esperanzas puestas en él porque llevo una racha de años que ninguno era bueno (exceptuando el nacimiento de mis hijos) y pensaba que peor no podía ser, pero 2013...