Desde que mi santo y yo decidimos convivir hace ya 16 años, siempre hemos tenido en casa una zona para el ordenador. Aún recuerdo la época en que lo primero que hacíamos al levantarnos era encender el ordenador y luego, ya café en mano, continuábamos con nuestro día a día. El ordenador ha sido siempre uno de los elementos importantes en nuestra casa. Trabajo, estudios, comunicación, ocio, es obvio que implica muchas facetas de nuestras vidas que hace que tenga especia protagonismo.
A medida que ha crecido nuestra familia los espacios en nuestra casa han ido evolucionando, según las diferentes necesidades. He pasado de tener una habitación solo para mi ordenador, con grandes mesas y sillones de despacho para estar cómodos el tiempo que mi santo y yo pasábamos sentados en el ordenador, a tener una zona para el ordenador en el salón donde se pueda, según crecen mis criaturas.
Mis mayores van teniendo una edad ya y uno de sus entretenimientos es utilizar el ordenador para jugar o hacer sus pinitos como youtubers – con suma supervisión parental -. Así que toca reordenar espacios y habilitar una zona para el ordenador de tal manera que los niños puedan jugar, y a la vez estén controlados.
La ventaja de tener ordenadores portátiles es poder colocarlos donde mejor venga. Sin embargo, a mi personalmente me gusta destinar un lugar para él. Si voy a trabajar, me ayuda el hecho de tener un espacio especial para ello pues hace que me imbuya automáticamente en la rutina de trabajar y desconecte del entorno. Con mis niños, además, me permite mantener un orden y una rutina, de tal manera que no se alteren el resto de espacios mientras ellos juegan.
No es que mi casa sea de revista precisamente. Pero con tres hijos y tantas cosas por medio, cada vez más he sentido la necesidad de ir ordenando espacios, para que me cueste menos mantener la casa en condiciones. Así, siguiendo unas rutinas de trabajo en las que mis hijos colaboran activamente, entre todos logramos tener la casa decentemente recogida.
Ahora que nos trasladamos a Edimburgo toca reorganizar nuestra vida desde cero. Nuestro piso allí tiene muy pocos muebles y, como yo digo, muchísimas posibilidades. No es que sea un piso enorme pero las estancias son amplias, luminosas, y tienen muchas posibilidades.
Todavía estoy dudando si crear una zona de estudio para mis mayores, pero no acabo de tenerlo claro. Es lo lógico, en nuestra casa actual mi mayor tiene un escritorio en su habitación para estudiar cuando necesita más tranquilidad. Hasta hace poco solía hacer los deberes en el salón porque no le gusta estar solo, pero ahora es él mismo quien ha decidido irse a hacerlos a su habitación. Me gusta respetar sus ritmos y necesidades.
Lo que me lleva a dudar de hacerlo en Edimburgo es el hecho de que allí no se estila esto de hacer deberes, así que no se qué será más adecuado. Supongo que lo iremos viendo conforme nuestra vida allí fluya. Lo que sí tengo claro es que, de nuevo, habilitaré una zona para el ordenador que todos podamos disfrutar.
Estará en el salón, la zona de estar en familia, para poder supervisar su actividad en el ordenador. Me parece especialmente importante un control parental efectivo habida cuenta de los peligros de internet que pueden acuciar a los menores. No puedo criar a mis hijos al margen de la tecnología porque es la era que nos ha tocado vivir, y creo que aporta mucho positivo. Pero debemos crear un entorno de confianza y seguridad para ello, puesto que los menores son muy vulnerables frente a los peligros de las nuevas tecnologías.
Teniendo en cuenta que les restringimos el uso de los dispositivos con acceso a internet al fin de semana y de manera controlada, el espacio que habilite para ello no será solo para ellos. En esta familia somos muy de compartir, sobre todo cuando no sobran espacio ni medios. Y es que tampoco necesitamos tener cada uno nuestra mesa. Me gusta mucho la idea de tener una mesa amplia que durante la semana yo pueda usar para mis cosas y, llegado el fin de semana que yo descanso, sean mis niños quienes la disfruten.
Lo cierto es que se me ocurren muchas ideas pero, como es lógico, hasta que estemos allí no lo veré claro. Aunque cuento con al ventaja de conocer ya la casa en la que vamos a vivir, así que las ideas me bullen en la cabeza y no dejo de hacer puzzles imaginarios. Pero sí, la idea principal la tengo clara, destinar una parte del salón a crear una zona para el ordenador que sea cómoda, práctica y decorativa.
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¡Muy buena idea! Crear una zona de trabajo con ordenador para toda la familia es una buena decisión, pues así cuando alguien necesite trabajar puede tener su propio espacio personal sin que nadie le moleste. Para crear este ambiente de trabajo es importante elegir los muebles adecuados, como mesas o sillas de trabajo, además de tener en la estancia una buena iluminación.