No hay vuelta al cole sin invasión de piojos, que parece que han estado esperando todo el verano ansiosos por ocupar las cabelleras de las criaturas. Mientras hay que piensa que debe haber alguna confabulación maligna que lo provoque, mi teoría es muy sencilla. En verano nos relajamos y revisamos menos las cabelleras. También en verano las criaturas pasan menos tiempo en contacto con tantas otras criaturas, como lo hacen...