Los mocos suelen ser el principal caballo de batalla en los primeros años de nuestros hijos. De repente un día asoman por sus naricillas y entonces parece que ya no se van a ir nunca, y la lucha por que los mocos desaparezcan se hace eterna. Creo que se en general se les tiene más miedo de lo que en realidad son. Vale que son un coñazo y que no...