Cualquier padre o madre que se precie sabe que los mocos llegan en septiembre y no se van hasta junio. O sea, que empieza el curso, empiezan los mocos, es verdad absoluta. Y son un quebradero de cabeza. Porque si los mocos solo se limitasen a caer como cera en las velas aún te podrías dar con un canto en los dientes pero ¿qué haces cuando los muy puñeteros no...