Me encanta la repostería, más comérmela que prepararla, y a mis peques les vuelve locos un buen bizcocho. Si es de chocolate, mejor, de hecho es casi conditio sine qua non. Si por ellos fuera, tendría que preparar un bizcocho cada día, a la velocidad que lo devoran. Yo procuro hacerlo habitualmente, si es posible todos los fines semanas. Pero confieso que soy muy vaga y a veces, ya no...