Hace poco os contaba en este post como mi pequeñina decidió hacerse la hippie, arrancarse de cuajo el pañal y lucir cuerpo serrano que la vida es alegría. Todo pintaba bien, pero no todo el monte es orégano ni es oro todo lo que reluce. No es que vaya mal, tampoco. Se puede decir que… Ahí vamos. El primer escollo a salvar fue que justo el día después de decidir...