Escribo esto con el corazón encogido y el pecho apretado de angustia. Lo hago tras hablar a diario con Paris, tras leer la experiencia de la madre de la Parrulina. Ambas son blogueras y amigas, de esas a las que he tenido oportunidad de conocer en persona y pegarles un buen achuhón. Desde este blog siempre he apoyado la lucha contra el cáncer. Y eso es más que poner una...