Estamos en verano, hace un calor para morirse y lo que más apetece es ponerse a remojo en la playa, en la piscina o en cualquier charco que tengamos cerca. Todo lo que sea para combartir el calor. La gran mayoría de niños disfrutan bañándose y tirándose a lo “bomba va” -como dicen los míos- más que cochinos en un charco, y nosotros mirándolos. Pero cuidado, que tener mil ojos...