Cuando el dinero fluye y no es un problema podemos permitirnos el lujo de relajarnos con el control de gastos. Pero cuando la crisis aprieta y tienes que hacer auténticos malabares para llegar a fin de mes, no te queda otra que controlar cada céntimo que entra y sale. Y la realidad es que es en este momento cuando nos damos cuenta del poco control que hemos tenido sobre nuestra...