Hay una semana al año en la que vuelvo a ser niña. No puedo evitar sentirme igual de ilusionada los días previos a la noche de Reyes, aún esperando no recibir nada -dada las puñeteras circunstancias económicas, pero no puedo evitarlo, me hace una ilusión tremenda. Desde que soy madre es aún más fuerte, como si volviera a revivir mi infancia a través de los ojos de mis hijos. Ellos...