El reto de hacer una mudanza familiar internacional

mudanza familiar internacional

Creo que lo último que pensé que viviría en esta vida serían una mudanza familiar internacional. Supongo que porque cuando comenzamos a formar nuestra familia, tanto mi marido como yo teníamos trabajo fijo y esa idea no cabía en nuestra cabeza.

Pero las circunstancias de la vida nos han abocado, afortunadamente, a iniciar una nueva vida en otro país. Digo afortunadamente porque yo lo siento así, como contaba en un post que escribí estas pasadas navidades. Me parece un regalazo tener la oportunidad no solo la propia experiencia de vivir en otro país, sino darles a mis hijos la posibilidad de educarse en otra cultura, otro idioma, con una inmersión total.

Este regalo viene desde la necesidad, desde luego. La necesidad de buscarnos la vida, laboralmente hablando, fuera de nuestras fronteras, habida cuenta del panorama que tenemos aquí.

En nuestra ciudad yo ya no sueño ni confío en poder volver a trabajar decentemente. Y no por falta de ganas, que hay quien se queja de que estoy en mi casa tocándome el papo libre y voluntariamente. Lo que no sabe la gente es que estoy hasta el higo de echar currículums por doquier, ir a entrevistas de trabajo y soportar “esa cara” en cuanto me preguntan si tengo hijos, y yo respondo. “Esa cara” que, sin necesidad de palabras, sabes que es un “hasta luego, Mari Carmen”. Pu(t)ra realidad.

Mi marido lo ha tenido más fácil porque a él no le preguntan si piensa quedarse embarazado o si tiene hijos. Aún así, teniéndolo más fácil él que yo, se tiró cuatro años desempleado – y no por falta de ganas ni por no moverse y buscar hasta debajo de las piedras -, y dos años trabajando en condiciones de mierda. Tan mierda como pasar largas temporadas sin venir a casa, contratado sólo los días de trabajo – sí, los días de descanso o los que no trabajaba lo daban de baja, con dos cojones – y cobrando algo que llamarle “sueldo” sería excesivamente generoso.

Desde esta necesidad y la valentía de romper barreras y salir de casa, se nos ha presentado una oportunidad maravillosa. Digo maravillosa porque ya hemos pasado un tiempo suficiente en nuestro destino como para saber que merece la pena, y que se nos abre un mundo de posibilidades.

Mi marido lleva allí ya un año. Cuando se fue no sabíamos qué perspectiva se nos presentaba. Un año después lo tenemos clarísimo, nuestro futuro a plazo indefinido está allí. Solo estoy esperando que por fin me operen de mi problema de suelo pélvico para poder arrancar nuestras raíces de aquí y replantarlas en Edimburgo.

Así que a mi se me presenta un plan poco apetecible y que un pelín abrumador. Organizar una mudanza familiar internacional. Qué pereza.

Odio las mudanzas en general. He tenido que hacer más de las que que quisiera, puesto que en 7 años me fui de Galicia a Huelva, volví a Galicia, volví a Huelva, en Huelva pasé por tres viviendas familiares con mis padres y por un piso de alquiler con mi novio hasta que encontramos nuestra vivienda como pareja en la que es, desde hace 15 años, nuestro hogar familiar.

Si la mudanza desde Galicia, que yo me encargué de mis efectos personales exclusivamente, fue un caos y perdí un montón de cosas por el camino, miedo me da tener que organizar la mudanza de tan solo lo básico de tres niños más su santa madre, que soy yo.

Si te digo la verdad, no se por dónde empezar. Principalmente porque aún no se cuándo nos vamos, y este no saber me mata, ya que impide organizarme medio bien. Y luego, porque me da una pereza enorme todo lo que supone asumir una mudanza de este calibre.

Soy consciente de que a lo largo de 15 años, dos adultos y tres niños, en mi casa hay trastos de sobra, más de los que debería. Aquí adolecemos todos de un claro síndrome de Diógenes, agravado por el hecho de no disponer de trastero o cuartillo.

Sí, empezar a organizar, clasificar, donar y tirar es lo principal. Pero uno, pereza. Y dos, ¿cuándo lo hago?. Porque se da el pequeño, mísero y casi imperceptible detalle de que ESTOY SOLA. Siempre. Sola con tres niños que, por autónomos que son, dan su trabajito.

Mientras voy y vengo al cole, hago compra, recojo casa, cocino, pongo comidas, recojo, vamos a actividades extraescolares, hacemos deberes, baños cenas y todo aquello que va surgiendo en el día a día, hay veces que desde que me levanto no meo hasta justo irme a la cama… Pues eso.

Luego, está que no se qué llevarme. Obviamente ropa y calzado, porque por lo que me cuesta un par de botas allí envío una caja de 40 kg con toda la ropa de los niños. Es obvio que no voy a renovar todo nuestro armario por ahorrarme el trabajo de una mudanza. Pero está el rollo de qué ropa, cuánta, toda junta o a plazos, solo la de abrigo y dejar aquí la de verano – que en Escocia ni se le conoce, ni se le espera -, qué enviar por mensajería y qué llevar en la maleta.

No tenía pensado llevar nada más. Pero claro, está la cosa de que aquí mis hijos le tienen aprecio a ciertas cosas, dígase sus juguetes y libros preferidos. Objetos personales como el telescopio y el microscopio de mi mayor, que no los vamos a dejar aquí abandonados y comprar allí unos nuevos.

Fotografías, láminas, marcos y  álbumes de fotos, esas cosas que son recuerdos y hacen hogar. Tenemos un piso vacío que necesita transformarse un un hogar acogedor. Pero todo eso hace bulto y cuesta ponerse a embalarlo.

Luego están esas cosas que me quiero llevar pero que no se si será peor el remedio que la enfermedad, por lo aparatoso del tema.

El piano de mi hijo, un buen piano digital que compramos con la expectativa de ser el instrumento de estudio a lo largo de sus estudios de piano elemental y profesional. Pero claro, embalar un piano y mandarlo a Edimburgo es un poco riesgo, y hay mil dudas.

Yo quiero mi mesa de trabajo. Porque la adoro y, lo mismo que monté mi rincón de trabajo con ella en mi casa, quiero hacerlo en Edimburgo.Y probablemente me cueste más cara comprarla de nuevo que enviarla. Pero acabo pensando que por lo que me ahorro, no merece la pena embalarla y sufrir su espera.

El gato. Que no es un objeto, ni siquiera una mascota. Munki es un miembro más de la familia y no concebimos la vida allí sin él. Además de que se que se moriría de pena si lo dejamos aquí. Lleva 13 años conmigo, ha visto nacer y crecer a mis hijos, duerme con ellos cada noche. Y no sabía yo lo difícil y caro que es llevarnos a nuestro gatuno para allá.

Entre todo esto, dudo si mandar lo que vayamos a llevarnos por agencia de transportes – lo que viene siendo la paquetería tradicional – o hacerlo con algún transportista especializado en mudanzas. A veces hasta se me ocurre la locura de alquilar una furgoneta grande, meterlo todo dentro y hala, a recorrer el mapa hasta Edimburgo por carretera. Y ferry, claro. Pero conforme lo pienso, se me quita la idea.

A todo esto se suma el hecho de que nuestros planes son irnos conforme yo esté recuperada de mi operación. Pero claro, hay que tener en cuenta un detallito: mientras me recupero de la cirugía, bastante será si puedo pestañear. Lo de ponerme a embalar cosas, va a ser que el cirujano me va a decir que si me drogo o algo. Así que está claro que antes de la operación tendré que tener adelantada gran parte de la faena.

Una mudanza internacional familiar, yo, aquí, con mis tres chiquillos. Es que lo pienso y me entran todos los malos. Estoy por echar la primitiva, a ver si salimos de pobres y en lugar de hacer mudanza, puedo llegar allí y estrenarlo todo. Sería cojonudo, no me digas que no.

Ahora no me preguntes por qué estoy tan desaparecida, porque creo que ya lo he dicho todo. Estoy ciertamente agobiada con este tema y cada ratito libre que tengo lo dedico a poner un poco de orden, tirar eso que ya no sirve, deshacerme poco a poco de cosas que ocupan espacio sin necesidad. La vida no me da para más.

Se que hay muchas familias expatriadas y no miento si digo que cualquier experiencia similar a la que me enfrento yo me vendrá de perlas para iniciar esta super mudanza que me roba el sueño y me genera una ansiedad importante. Pero, tranquila, que en el fondo, relativizo. Siempre puedo irme con lo puesto y desde allí llorar a mi madre para que me vaya mandando cosas.

vota premios madresfera

More about Aventura Embarazo

8 thoughts on “El reto de hacer una mudanza familiar internacional

  1. Marta - La agenda de mamá

    AIns!! muchísimo ánimo guapa! La verdad es que pensar en una mudanza internacional ya de por sí intimida. Hacerla además con tres niños pequeños y tú sola… Lo dicho, que mucho ánimo!!

    Responder

    1. Aventura Embarazo

      Gracias por los ánimos, como me venga muy abajo lo dejo todo aquí y que sea lo que dios quiera jajaja.

      Responder

  2. Marta

    Hola, nosotros somos una familia que vivimos en Suiza desde hace 4 años y la experiencia genial! Haces muy bien en tener una actitud positiva. Yo tampoco me imaginaba que terminaría viviendo fuera y el balance es muy bueno.
    Para mudarnos nosotros lo tuvimos más fácil porque de Zaragoza a Suiza es posible hacerlo en coche. De Huelva a Edimburgo son muchísimos más kms. Nosotros conservamos nuestra casa de Zaragoza, así que cuando vinimos nos llevamos nuestra ropa de invierno. Entonces mi hija mayor tenía 1 año. Y en Navidad nos trajimos la de verano y algún libro. En resto, tiramos y tiramos cosas de la casa de Zaragoza y los muebles los volvimos a comprar en Ikea. No merecía la pena transportar un sofá o la cama…
    Mudaros con la ropa y algún juguete y libro favorito y luego y’a iras viendo que os hace falta realmente y siempre puedes “llorar” a tu madre psra que te lo envié en una caja.
    Mucho animo!! Y’a veras que bien o va a ir. Hoy en día es muy fácil vivir entre 2 países. Te quedas con lo bueno que ambos pueden aportarte.
    Yo conozco Edimburgo como turista y me gustó muchísimo.
    Te sigo desde hace muchos años, enhorabuena por el blog.
    Saludos, Marta

    Responder

    1. Aventura Embarazo

      Sí que lo teneis más fácil, nosotros lo malo es que tenemos un mar por medio y eso lo dificulta muchísimo. A ver qué tal se nos da, ya iré contando 😉

      Responder

  3. Taisa | Las Aventuras de Taisa

    Pues por lo que te había leído en Instagram, ¡Ppensé que ya os habíais ido! Ahora ya no sé si ya os habéis mudado del todo o no. Y yo y mi nulo conocimiento de geografía (soy de la Logse T_T), acabo de mirar ahora dónde queda Edimburgo XDDD Madre mía, estás más al norte aún que yo 😛 Mucho ánimo, y si en algo te puedo ayudar, me dices, aunque sea en otro país, Lo que SI te recomiendo es que si no lo has hecho, te saques un certificado digital antes de irte, o en la primera visita a España que hagas, que te puede salvar el culo en algún momento. Y no sé por allá, pero aquí nos han venido también bien llevar certificados de empadronamiento y de nacimiento de todos.

    Responder

    1. Aventura Embarazo

      De momento solo hemos ido de vacaciones, la siguiente será la indefinida, por fin. Sí, estamos más al norte pero bueno, no se está mal, yo no lo llamaría clima frío. Certificado digital, documentación varia y certificados ya los tengo y siempre viajo con ellos, porsiaca, que luego nunca se sabe.

      Responder

  4. Mamanube diy

    Mucho ánimo:
    Te leo siempre, aunque soy de las pestosillas que nunca comento porque odio sobre todas las cosas escribir en el móvil.
    A lo que voy. Te recomiendo el blog de soyunmix. Una argentina expatriada, actualmente en Francia, pero creo que recordar que va por la mudanza treintaytantos…
    Muchas de ellas internacionales, da superbueno trucos y por lo demás es un blog muy chulo también.
    Yo también tengo mudanza con 2 embarazo de por medio y ya estoy mala de pensarlo (me quedan unos meses de retén)

    Responder

  5. Ithaisa

    No se si aun sigues en Espana o ya estas en UK. Nosotros somos también otra familia expatriada y en movimiento, por el trabajo de papa nos movemos, cada 2 o 3 años más o menos. La primera mudanza International la hice desde Tenerife, nuestra casa, hasta Glasgow , más mar que ese.. Y con mi primera hija con mes y medio. Más fácil,menos hijos y con menos cosas acumuladas dados su escaso mes y medio. Las demás mudanzas hemos ido incrementando hijos y útiles.
    Mi consejo:lo que te quepa en la maleta y siempre algo que sea super importante de lo que no te quisieras desprender…
    Yo ya no trasladó más que ropa y no toda siempre hago limpia y renuevo, además cada clima es diferente. Fíjate que he comprado ya 3 aspiradoras las he ido teniendo que dejar en las mudanzas. Jamás hemos contratado agencia de transporte son caras caras…aveces sale más a cuenta lo que te dicen ya vas viendo que necesitas. Total para vivir no hace falta tanto. Te haces minimalista. Suerte

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

10 − 2 =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.