Te va a parecer mentira pero a estas alturas del año, y con lo que queda para celebrar el cumpleaños de mis hijos, ya me bulle la cabeza pensando cómo organizarlo. Luego lo dejo todo para el último día, soy procrastinadora por naturaleza, pero no puedo evitar que me ronden mil ideas por la cabeza desde meses antes.

La ventaja es que ya llevamos unos cuantos cumpleaños a cuestas y más o menos se lo que va gustando más o menos, al menos a mis hijos, que son los auténticos protagonistas. El inconveniente, que los niños son volubles, cambian de gustos y como es normal, a más edad cumplen, sus expectativas son diferentes. En el fondo es como en las bodas, si los invitados no disfrutan la fiesta se agua, así que hay que intentar acertar tanto con los cumpleañeros como con sus invitados.

En ocasiones añoro la sencillez de los cumpleaños de mi infancia. Una merienda en casa con chocolate caliente, bizcocho, mediasnoches rellenas de jamón, gustanitos y una tarta para soplar las velas. Venían todos los amigos de casa, la liábamos parda y era el mejor cumpleaños del mundo. Claro que las madres de entonces tenían que lidiar con la jauría de infantes desbocados por toda la casa, que tiene su trabajo.

Siempre pienso que si tuviera una casa espaciosa, esto es, con un porche, jardincito, terraza o similar, me liaría la manta a la cabeza y celebraría allí los cumpleaños. Pero eso sucede en mis sueños, la realidad es un piso de 80 metros cuadrados sin ni siquiera balcón -que lo añadimos al salón para ganar espacio- así que mientras no me toque la lotería, ni se me ocurre hacer algo así.

Desde que mis hijos están escolarizados, sobre todo desde que el mayor entró en primaria, como es normal van a muchos cumpleaños de sus compañeros, y es una buena manera de descubrir lugares de celebración o actividades para entretener a los niños. Así por ejemplo el lugar donde celebramos el último cumpleaños de mis niños fue gracias a que allí lo celebró meses antes uno de sus compañeros, nos gustó, nos pareció una buena opción tanto por entretenimiento como por presupuesto, probamos y salió bastante bien.

Hasta ahora hemos probado varias propuestas: hacerlo en la terraza de una cafetería en un parque infantil, en un restaurante con minigolf, en una terraza con zona de juego para niños con hinchables, en un parque de bolas con actividades también al aire libre y el último fue en un recinto con pequeñas atracciones y un espacio habilitado para disponer mesas y poder merendar. Los niños al final, mientras estén juntos y puedan jugar, se lo pasan bomba, que es lo importante.

Mis hijos ante todo lo que les gusta es el parque de bolas. Sin embargo para mi es la última opción porque al cumplir años en verano me niego a meterlos en un sitio cerrado, pudiendo disfrutar al aire libre. La excepción fue cuando celebramos el su 6º y 3º cumpleaños respectivamente, que sí elegimos parque de bolas pero porque en el exterior tenían hinchables y una pista de minigolf, por lo que tenían la posibilidad de realizar varias actividades al aire libre, adecuado a todas las edades, y fue un éxito.

Aunque en este tipo de lugares los cumpleaños suelen ser caros -en fin de semana unos 12€ por niño- suelen tener ofertas según el día y cuando lo hicimos en el parque de juegos, nosotros aprovechamos el día low-cost que no llegaba a 6€ por niño. Y es que para nosotros el presupuesto es un handicap ya que en los últimos años, dada la economía familiar, no estábamos para muchos dispendios, por lo que hemos tenido que buscar opciones económicas. Lo bueno es que celebramos el cumpleaños de dos niños a la vez, es la ventaja de que mis peques cumplan años con 3 días de diferencia, pero ya no es lo mismo que hace un par de años que no tenían apenas amiguitos, puesto que al tener ya a sus compañeros y amigo del cole, cada año la cifra de invitados es mayor, a pesar de intentar poner un límite razonable -el año pasado 8 amigos cada uno, además de primos y amigos en común-, si no se nos dispararía el tema.

Me quedo con las ganas de poder hacer una celebración libre, es decir, contar con un espacio y contratar algún tipo de actividad o animación. Hemos ido a cumpleaños con hinchables, animadores e incluso magos y he comprobado que los niños disfrutan muchísimo, y aunque puede parecer algo más caro a priori, teniendo en cuenta que la merienda se puede hacer fácilmente de manera casera, el sobre coste está en la contratación de las actividades, así que echando cuentas hasta puede salir más económico que meter a 20 niños en un parque de bolas.

Porque sí, a veces me planteo que todo es mucho más sencillo si lo hago todo yo, organizando juegos como las sillas musicales, poner la cola al burro, el pañuelo, pero pudiendo contratar a profesionales de animación infantil en Zaask, por ejemplo, reconozco que me da pereza ser yo la animadora, porque no se si lograría que los niños se lo pasen bien o me mandarían a pastar bien lejos.

De momento me quedan 5 meses para pensar qué hacer y sigo dando vueltas a la cabeza. Lo más probable es que repitamos el mismo lugar que el año pasado, donde improvisamos una fiesta de cumpleaños de temática Minion, porque nos permite llevar la merienda y decorar a nuestro gusto el espacio destinado a cada cumpleaños, lo que a nivel económico es fantástico porque no es lo mismo comprar tú todo lo necesario en el supermercado que pagar un menú cerrado por niño -en el que por el precio se come poquísimo y de calidad regular- y además pagar las consumiciones de los padres, donde el gasto es mucho más descontrolado; y porque al tener tantas actividades variadas -hinchables, camas elásticas, karts, tirolinas, tíovivo y etc…- que funcionan con fichas individuales, y a más fichas, más económicas -una ficha 1€, 6 fichas 5€ y para los cumpleaños 70€ 75 fichas y el alquiler del espacio para la merienda) los niños disfrutan, sí o sí.

Lo mejor de todo es que este año tenemos un cumpleaños más, el de mi Bollicao, así que me toca otro quebradero de cabeza, aunque para él tengo muchísimas ideas y por suerte es más sencillo.