La intolerancia social hacia los niños. No son pasajeros de segunda. #STOPNIÑOFOBIA

No se qué narices le pasa a esta sociedad, que trata a los niños como apestados. No en general, pero sí en lo que se refiere a los espacios públicos. Restaurantes, hoteles, medios de transportes, la presencia de un niño parece perturbar el estado de paz y tranquilidad de la burbuja social de los adultos y la intolerancia hacia los niños en ciertos espacios públicos como los medios de transporte comienza a ser enfermiza. Y es algo que no entiendo.

Antes de ser madre era una adulta que hacía vida social -como ahora, más o menos- y compartía espacios con los niños. Un restaurante, una cafetería, el autobús urbano, lo típico. Vale que siempre hay niños más ruidosos y padres que no controlan a sus hijos o directamente pasan de ellos. De todo hay, sí. Pero no significa que todos los padres sean igual de descuidados e irresponsables con sus hijos en los espacios públicos ni todos los niños sean unos asalvajados maleducados. A mi me han molestado en cierto momento ciertos niños -y me sigue pasando algunas veces- pero no me molestan todos los niños del mundo mundial: me molestan aquellos cuyos padres no se ocupan de educarlos y enseñarlos a convivir y compartir espacios públicos. No hablo de niños inquietos y movidos – que es lo normal en un niño- sino los que alteran el orden deliberadamente o con el beneplácito – o desinterés – de sus padres.

Como madre, intento educar a mis hijos en este aspecto, enseñándoles a comportarse cuando estamos en un espacio público. No estamos en casa, no pueden hacer lo que quieran y deben respetar a quienes nos rodean. Por eso un restaurante no es lugar para hacer carreras, ni para gritar, ni se debe molestar a la gente que está comiendo. Por poner un ejemplo.

También, como madre, intento elegir muy bien los lugares a los que vamos. Soy la primera a la que le gusta tomarse una tapa, un café o comer tranquila, por lo que procuramos buscar un lugar donde sepamos que los niños van a estar cómodos, porque su comodidad es la nuestra. Y si se comportan mal, no están cómodos, además de llamarles la atención – no se trata de reñirles sino explicarles por qué no pueden compartarse así, y por supuesto no permitir que se comporten de manera que molesten – en caso de que veamos que aquel no es lugar o momento, nosotros somos los primeros en irnos.

Pero no quiero enrollarme con este tema, creo que todos sabemos muy bien a qué niños y a qué situaciones me refiero. Y creo que todos – o casi todos – somos conscientes de que, a ojos de muchos adultos, los niños, educados o no -porque a veces ni les dan el beneficio de la duda – son vistos como una molestia, en general. Los niños son ruidosos y molestos, sobre todo para los adultos no padres.Hoy voy a hablar de un tema en especial. Los niños que viajan en transporte público, especialmente en trenes de media-larga distancia o alta velocidad. Y lo hago a colación de un tuit que a mi me ha sentado a cuerno quemado por irrespetuoso. Hablo de la señora Laura C., que no sería conocida de no ser porque se trata de la directora de la famosa – y malísima, para mi gusto – serie “LQSA”.

Se ve que el sábado viajaba en un tren media distancia Madrid-Murcia y nada más sentarse y ver que su compañera de viaje era una madre con un bebé, tuvo a bien quejarse de la situación, tal que así.

No dio tiempo a ese bebé a ofrecerle motivos para quejarse. Todavía no había arrancado el tren pero el viaje prometía ser un suplicio por el mero hecho de compartirlo con un bebé. Porque es obvio que todos los niños molestan per se. Es curioso que con lo descolgada que estoy de Twitter desde hace un tiempo, el sábado leyera ese tuit nada más publicarse, casualidad. Y no pude callarme, como madre en general  y como madre en especial que ha viajado con sus hijos en tren.

Lo primero, es de pésimo gusto hacer una foto a un bebé y a su madre y subirla públicamente a Twitter, aunque no se vean sus rostros. Eso ya es en sí una falta de respeto. Si además añadimos la mofa – “puede haber peor panorama (refiriéndose al hecho de tener que aguantar a un bebé) durante 4 horas?”- como si se tratara de una tortura medieval, ya ralla la mala educación. Por no hablar del desprecio que transmite, ya que parece estar hablando de algo de baja categoría (“madre mía, como es la media distancia”, que permite que viajen bebés, ni que fueran ganado).

En seguida lo comenté, y no me voy a cortar en enseñar mi tuit.

 

 

 

A lo mejor yo no debería haber calificado de basura su serie – lo siento, pero es lo que me parece, sinceramente -. Y no lo hago por menospreciar su trabajo sino porque si hablamos de “peor panorama”, si a mi me ponen durante un viaje de 4 horas en tren su serie, como dice el famoso hastag, #mátamecamión. Pero es lo que me salió en ese momento, me falló el filtro.

En mi indingnación por el comentario, por dar por hecho que los niños son molestos en todas las circunstancias y por publicar la foto de ese bebé y su madre públicamente sin consentimiento de ésta, compartí mi opinión en mi página de facebook del blog, donde algunas madres empatizaron con ella, entendiendo que se refería a que “el peor panorama” era para la madre dada la falta de espacio y medios para que un bebé, una familia, viajen cómodamente en tren.

Pero la susodicha, lejos de reconocer el desafortunado comentario y disculparse por subir dicha imagen, lo dejó claro en la respuesta que me dio. Los niños son muy monos pero molestan.

 

 

Lo que saco en claro de este tuit es que ella tiene derecho a trabajar o leer en el vagón, y punto. Lo demás no importa. Y su derecho a trabajar y a leer está por encima al de un bebé a estar presente en ese vagón, a pesar de que el pobre no ha elegido viajar. Además, dar por hecho que los niños son molestos por naturaleza, es penoso y muy injusto. Ser adulto no es garantía de perfecto comportamiento y decoro. Por desgracia, adultos maleducados e irrespetuosos abundan a manos llenas y nos los encontramos en multitud de situaciones habituales y cotidianas.

 

 

Yo entiendo que mucha gente aprovecha el tiempo que dura un viaje en tren para trabajar. Pero un tren es un medio de transporte, no una oficina, y el derecho a trabajar de uno no se superpone a los derechos de otros. A mi me encanta dormir en el tren, pero entiendo que no puedo exigir silencio absoluto a todo el vagón para que yo pueda echarme una siesta a placer. Y soy tan consciente de ello que cuando me he visto en dicha circunstancia no he dicho ni media palabra porque el mismo derecho tengo yo a dormir que el de al lado hablar con su colega de viaje, o lo que es lo mismo, el resto de pasajeros no tienen culpa de que yo quiera dormir.

 

 

Si hablamos de molestias en los viajes, creo que me quedaría corta enumerándolas: el que se cree que está en su oficina y habla por el móvil para que se entere todo el vagón; la señora que va escuchando copla en el móvil con el volumen para que lo escuche todo el vagón; la peña rociera con grupo flamenco incluído que montan su juerga flamenca como si el vagón fuera su casa de El Rocío; el que se descalza y se queda tan pancho a pesar de que tú te quieras morir con el olor de sus pies; el que le huele la axila cosa mala y suda como si estuviera en una sauna; el que se duerme, ocupa media plaza tuya, acomoda su cabeza sobre ti como si fueras una almohada y además te ronca en la oreja; o los colegas que fardan de juergas y polvos.

Podría seguir largo y tendido, pero este es un resumen de las situaciones que he sufrido viajando en tren. Ya no os cuento viajar en autocar -he hecho varias veces la ruta Madrid-Huelva y precisamente por lo mal que lo paso he decidio no viajar en ese medio de transporte-, donde estas situaciones que menciono os aseguro que son pecata minuta al lado de las que se sufren en un autobús.

Cuando mi mayor apenas tenía 11 meses viajamos en AVE desde Sevilla hasta Zaragoza. No recuerdo si fueran 4 o 5 horas de viaje, más o menos por ahí rondaron, lo que recuerdo es lo bien que lo llevamos. Mi bebé pasó parte del viaje entretenido con sus libros y juguetes, y gran parte del viaje dormido sobre mi regazo. Si alguien me miró mal por el hecho de viajar un bebé y que éste fuera una molestia, ni me percaté, creo que en ese momento mi inocencia de madre primeriza no me llevaba a creer que los adultos dieran por hecho que un bebé es una molestia solo por ser un bebé.

Hace dos meses viajé a Madrid de nuevo con mi mayor. Esta vez no tenía uno sino seis años, hicimos la ida en Alvia -media distancia- y la vuelta en AVE. Yo iba preparada para viajar con él: su tablet, un pendrive con películas y los auriculares. Además una mochila con botellitas de agua, galletas y picoteo variado, por si le entraba hambre, no tener que levantarnos para ir a la cafetería (y de paso ahorrarnos el sablazo del servicio de bar). Puedo decir con orgullo que las casi 4 horas que duró el viaje de ida al niño no se le escuchó ni un momento. No se movió de su asiento, encendió su tablet, se puso los auriculares, se vio dos pelis y jugó un rato, el niño fue tranquilo en su asiento, se podía decir que en ese vagón no había ningún niño.

 

 photo nintildeo-tren_zpsv0ql6bf2.jpg

 

Yo ya le había explicado de antemano que en el tren hay que estar calladito, no gritar ni hablar en alto, que hay gente que va trabajando, gente que va descansando, y que tenemos que respetar al resto de pasajeros. Me afané mucho en que entendiera que el vagón del tren no es nuestra casa ni el parque y que hay que saber comportarse en él.

A la vuelta, en los asientos de nuestra fila, al otro lado del pasillo, viajaba un matrimonio joven con un bebé que no tendría más de 3 meses. Y en nuestro vagón, entre otros pasajeros, una peña rociera entre los que estaba un conocido grupo musical de sevillanas. A mi hijo no se le escuchó. Al bebé no se le escuchó. Lo que escuchamos fueron las sevillanas, los fandangos, la salve rociera, las palmas y los jaleos de quienes se creían que el vagón era su casa de El Rocío.

Lo más triste fue ver a ese bebé que no podía dormirse, y su madre desesperada porque no podía dormirlo con el jaleo pero además no se podía ir a ningún lugar tranquilo donde hacerlo. ¿La cafetería? Imposible. ¿Otro vagón? como mucho podría andar por el pasillo con su bebé en brazos ante la mirada de los pasajeros. ¿El coche en silencio?. Vetado para niños, aunque no digan ni mu.

El panorama para esa madre era desolador, su bebé no podía dormir por el enorme jaleo de un numeroso grupo de pasajeros, pero no tenía otra opción. De verdad, qué impotencia.

Y con esto te das cuenta de que, además de la intolerancia de los adultos, Renfe y sus trenes no te lo ponen fácil cuando tienes que viajar con niños. A las miradas de los pasajeros como si en lugar de con tu hijo viajaras con el mismísimo Demonio de Tasmania, se añade lo poco o nada amigos de los niños que son los trenes. No hay espacio físico para el cochechito – salvo que la plaza de minusválidos esté libre y solicites expresamente los asientos contiguos a ella -, el cambiador es de risa – hay un cambiador plegable en los wc, que ya son pequeños de por si y cuesta trabajo hacer aguas menores o mayores dado su tamaño, imaginaros cambiar a un bebé dentro, con el mal olor habitual añadido -, por no hablar del inexistente espacio para llevar a mano lo necesario e imprescindible para un bebé.

 
Hay cafetería para los adultos, coche en silencio para los adultos pero ningún lugar para que los niños, las familias, viajen cómodas. Lo único que hay son prejuicios y reproches. Todo este tema no hace más que demostrarme una y otra vez lo intolerantes e intransigentes que somos los adultos con respecto a los niños. Los niños son molestos por naturaleza, vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en nuestro ojo. Como si no hubiera adultos maleducados e irrespetuosos.

Se ha habilitado un coche en silencio en el AVE para que los pasajeros que así lo desean puedan viajar con ese preciado tesoro que es el silencio, y me consta que en multitud de ocasiones el revisor ha tenido que llamar al orden e incluso invitar a abandonar dicho coche a adultos que no cumplen las normas. Adultos que, en teoría, conocen dichas normas y seguro que hasta las exigen, pero llegado el momento no las cumplen porque no les da la real gana.

Pero nadie piensa en que en los trenes también viajan niños, y no se lo ponemos nada fácil ni a ellos ni a las familias. Lo único que obtenenos son prejuicios, reproches y desprecios, como el del desafortunado tuit de esta señora. A los niños se les condena por adelantado, aún asumiendo que como niños se comportarán como tales, que no es un compartamiento malintencionado y consciente.

Exigimos zonas de confort para los adultos pero esperamos que los niños viajen quietos y en silencio, confinados en su asiento, para no molestar.

Siguiendo con lo que ha originado este post, el desafortunado tuit de esta señora, lejos de reconocer su error y pedir disculpas -ya no por el comentario en sí sino por subir la foto de un menor sin consentimiento expreso de sus padres-, buscaba motivos para justificarse. Entre ellos, que el bebé no dejaba de llorar y que la madre en lugar de atenderlo se dedicaba a jugar al móvil. Fue una de las respuestas a los reproches recibidos que leí, pero ya no tengo acceso a esos tuits, aunque la memoria no me falla y hay much@s testig@s que leyeron dicho tuit.

Es posible que fuera así, pero la foto que subió no mostraba eso. En primer lugar, hablaba de las 4 horas que tenía por delante, por lo que el viaje aún no había comenzado. En segundo lugar se ve que la mamá tiene a su bebé sobre su regazo, con una mano sujeta un peluche, con la otra se entiende que sujeta la espalda del bebé. Dudo que le queden manos para coger el móvil y jugar.

En caso de que fuera así, que el bebé llora y ella atiende el móvil, ¿de verdad es porque está jugando?.

Éste es un prejuicio que a mi personalmente me afecta con bastante frecuencia. La gente me ve con el móvil en la mano y se cree -y además me reprocha- que vaya vicio tengo, que no suelto el móvil. Piensan que estoy con el Facebook, con el Whatsapp o jugando. Pero no piensan que puedo estar respondiendo al email de una clienta que me pide asesoramiento. No piensan que estoy respondiendo por Whatsapp a una mamá que me ha contactado porque quiere venir a comprarme un portabebés. No piensan que puedo estar buscando un enlace para ofrecer información a una mamá o papá que así me lo solicita. No piensan que puedo estar actualizando la web o solucionando alguna incidencia.

En resumen. No piensan que estoy trabajando. El móvil es más mi herramienta de trabajo que un modo de entretenimiento y diversión, más cuando te dedicas al comercio online y parece que tienes que estar disponible 24/7 (o eso es lo que creen tus clientes, para los que cualquier hora es buena para contactarte), y toca mucho las narices cuando, a la dificultad añadida de teclear en el móvil para responder un email o la conexión de datos parece que va a pedales, te vienen con semejantes reproches.

Esta señora que toma al bebé por una molestia, que reivindica su derecho a trabajar o leer en el tren, da por hecho que esa mamá va jugando con el móvil y no se para a pensar que quizás ella también esté atendiendo a su trabajo. Cero empatía hacia el bebé, cero empatía hacia la madre.

Pero además, se quedó tan pancha sentenciando que esa madre que según ella jugaba con el móvil y no atendía el llanto de su bebé, directamente era una maleducada y punto. Perdonad que no ponga la captura donde comenta textualmente “esa madre era una maleducada y punto” porque esta señora ha hecho dos cosas: eliminar dichos tuits y bloquearme. Pero os pongo mi respuestas, de las que no me arrepiento.

 

 

Esa madre, por supuesto, no ha tenido opción a explicarse o defenderse. Posiblemente ni sepa que se ha usado su persona y la de su bebé, además de su imagen -aunque no salgan sus rostros- para hacer de ellas una mofa en una red social. Desde luego, utilizando toda mi empatía, que no puedo evitarlo, si yo fuera esa madre, se me llevarían todos los demonios. Me sentiría burlada y muy ofendida con total seguridad.

Y es que no puedes llamar a una persona maleducada cuando eres tú la que falta a la educación y al respeto con una acción así. En este caso, Laura Caballero, tú sí que has demostrado mala educación y muy poca clase.

Lo último que he leído antes de que me bloquee -se ve que no le gustan mis respuestas- es que, parece que por la interacción de otras blogueras -porque no fui la única en reaccionar, obviamente- la queja ha llegado a Renfe, quien parece interesarse por lo sucedido y la señora en cuestión comenta que prefiere comentarlo por privado. Muy coherente con la actitud de publicar la foto de un menor y mofarse públicamente, eso no pensó en hacerlo de manera privada, entre colegas.

Le hubiera honrado reconocer el error y pedir disculpas, sinceramente, pero tras mi último tuit decide bloquearme, no le gusta lo que le estoy diciendo.

 

 

Y hasta aquí la conversación, o la discusión, porque la señora esta prefiere bloquear a quien no le ríe la gracia que asumir su metedura de pata.

No me gustan las polémicas ni enzarzarme en este tipo de discusiones, pero quiero que esto al menos sirva para algo.

Quiero aprovechar para pedir a RENFE que tome conciencia de una realidad. Los niños también son pasajeros, y no pasajeros de segunda, tampoco privilegiados, sino pasajeros como cualquier adulto. Y que si los adultos exigen zonas de confort y se habilita una zona de esparcimiento (cafetería) o de
tranquilidad (coche en silencio), se les ofrece prensa o auriculares, para hacer más cómodo su viaje y y satisfacer sus necesidades, los niños, que también tienen derecho a viajar, necesitan a hacerlo con unas condiciones mínimas más allá de un cambiador plegable en los mini wc y se debe ofrecer facilidades a las familias (y más cuando es el padre o la madre quien viaja solo con su hij@).

Porque los niños también tienen derecho a viajar en tren y merecen el mismo respeto que los adultos.

Y porque los padres agradeceríamos que así se hiciera por nuestra comodidad, la de nuestros hijos y la de el resto de pasajeros.

No pedimos trato especial por ser padres como he escuchado alguna vez por ahí, solo pedimos que se nos facilite el viaje en la medida de lo posible, que viajar en tren sea un placer, no una tortura, que al viajar con nuestros hijos seamos considerados como el resto de pasajeros y no mirados como una molestia nada más poner el pie en el vagón.

Siento la parrafada pero creo que es un tema sumamente importante como para tratarlo a la ligera. No se si servirá para algo, aunque pienso que pequeños granos forman grandes montañas, y ya es hora de que nuestras quejas, nuestras sugerencias, se digan en voz alta y lleguen a quienes tengan que llegar.

Espero que este pequeño grano de arena aporte algo, y que RENFE entienda que hay una realidad que no debe ser ignorada. Los niños también viajan, hagan algo por que los niños y las familias podamos viajar en sus trenes sin sufrir, por nuestros hijos y por el resto de pasajeros.

Y para cerrar, una reflexión. ¿Cómo vamos a enseñar a los niños a comportarse en los espacios públicos si les vetamos la entrada, si no les permitimos compartir dichos espacios con los adultos? Ahí lo dejó.

 

30 thoughts on “La intolerancia social hacia los niños. No son pasajeros de segunda. #STOPNIÑOFOBIA

  1. Opiniones incorrectas

    A mí esa tía me da asco, directamente. El día que se le ocurrió que los Cuquis salieran sin pelo fingiendo una enfermedad, con lo que se vivió en mi casa sentí un asco y una rabia infinitos. Encima, cuando varias personas protestamos por Tw, se puso chula asquerosa. Por eso entre otras cosas me gusta no tener redes sociales, para no cruzarme con gentuza ni ponerme innecesariamente de mal humor.

    Supongo que no tendrá hijos, claro. El día que los tenga se tragará sus palabras.

    Por cierto, le hace una foto a mi hijo y le rompo la cara. Así de claro.

    Yo si en un restaurante u hotel no aceptan niños me voy a otro, tampoco tengo interés en ir donde mi hijo no es bien recibido, ¡será por restaurantes y hoteles! ¿¿¿Pero el transporte público??? El otro día a una chica no la dejaron subir con carrito en un bus de mi ciudad en mis narices. No dejan. Ergo, no se puede ir en bus. Si tienes que ir al Corte Inglés, que está fuera de mano y no tienes coche, a ver como lo haces. Y ahí no puedes coger otro bus, te tienes que fastidiar.

    O lo que te pasó a ti en el tren… ¡es de vergüenza, tratar a los niños como mierda!

    En fin, cuanta gentuza, cuanta deshumanización.

    Estos nacieron grandes, como las palomas.

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      De la serie no hablo porque no la veo, y no la veo porque, a pesar de que lo he intentado, como que no le veo la gracia por ningún lado.

      A mi me entristece mucho la repulsión que hay en general hacia los niños, como si fueran un problema. Parece que los adultos nunca han sido niños. Pues oye, que a mi me molestan día a día muchos adultos y me callo porque tienen el mismo derecho a estar en el mundo que yo.

      Desde luego, es lo que dices, mucha deshumanización…

      Responder

  2. Javi G

    Tema calentito!! Gracias por hacer valer tus derechos y los de todos los padres.

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      ¡De nada! Más de nuestros derechos como padres son los derechos de nuestros hijos, que son personas, ni más ni menos, aunque muchos adultos lo ignoren.

      Responder

  3. Javi G

    Gracias por hacer valer nuestroa derechos como padres.

    Responder

  4. dibujosdenube...

    No suelo comentar, aunque si que leo tus entradas. Pero hoy no puedo evitarlo.

    No conozco de nada a la persona de la que hablas, ni he visto nunca su serie. Pero me ha parecido de una mala educación terrible.

    Aplaudo tu acción. Y muchas gracias como mami. A menudo nos toca enfrentarnos a adultos que son mas incívicos que los peques (y lo suyo no está ni mínimamente justificado).

    Un abrazo.

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Es que me parece de muy poca educación y una falta de respeto utilizar la imagen de esa familia para burlarse en público. El problema es que hay gente que se cree que Twitter es un corralillo privado y todo lo contrario, es la plaza del pueblo más grande del mundo, que no es lo mismo decirle a tu vecina lo mal que te cae la otra vecina a publicarlo en el tablón de anuncios de la comunidad. Pues lo mismo. Hasta que la gente no tenga conciencia real de lo que es Twitter y la proyección que tiene me da que nos encontraremos a much@s bocachanclas que se salen del tiesto con acciones así.

      Responder

  5. Mo

    La educación debe empezar por uno mismo, y no me parece que ni su comentario ni su fotografía sean precisamente una muestra de corrección (a mí me cabrearía infinitamente que me retratasen así haciendo cachondeíto).
    En mi caso siempre trato de que Peque no sea un incordio para otros pasajeros. Y espero que los otros pasajeros no lo sean para él.
    Manda huevos.
    Besotes.

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Le hubiera alabado el hecho de pedir disculpas y reconocer su error. Si lo hubiera hecho, se hubiera metido a la gente en el bolsillo. Pero se ve que su ego y su orgullo van por delante de todo.

      Yo también intento que mis hijos no molesten a nadie lo mismo que yo intento no molestar a nadie, ojo, no porque mis hijos sean niños. En cuanto pongo un pie en el AVE lo primero que hago es quitar el sonido al móvil y si tengo que hablar me levanto del asiento y me voy a la zona de las escaleras o a la cafetería. Intento educarlos para convivir y respetar, en general, algo que muchos adultos han olvidado. Y luego mi hijo me pregunta por qué el tiene que ir callado cuando ve a uno hablando por el móvil que parece que hable con un sordo, menudo ejemplo. Qué difícil, ¿verdad?

      Responder

  6. Chitin

    Enhorabuena por tener el valor para criticar a esta "señora" por llamarla de alguna manera…cuando llegue la hora de cobrar su pensión igual no se acuerda de que son NUESTROS HIJOS, es decir, esos niños q tanto la molestan ahora los que se la van a pagar.
    Nunca he visto su serie, no me resulta agradable, pero claro…de tal palo 🙂

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Lo cierto es que más que criticarla quiero invitar a la reflexión, porque es muy fácil tener prejuicios y dar las cosas por sentadas (el bebé va a dar por saco, la madre juega con el móvil y no le hace ni puñetero caso…) que pensar en todo lo que puede suponer para esa madre viajar con su bebé. Creo que muchos no-padres no son conscientes de lo que sufrimos los padres cuando viajamos con nuestros hijos, lo mal que lo pasamos cuando no tienen un comportamiento ejemplar y tenemos que la líen, lo incómodo que es saber que estás molestando, lo difícil que es convivir en espacios nada adaptados a los niños, sobre todo los más pequeños. Quizás esta chica no ha pensado todas estas variables y se le ha calentado la boca demasiado rápido.

      Responder

  7. Piruli

    Tienes razón. No lo había pensando tan en profundidad pero es cierto que se asume que todo niño molesta, cuando habría que tener un poco de empatía, son niños que tienes que estar mucho tiempo sin moverse demasiado.
    Un viaje que hice en Renfe hace años aún recuerdo a una pobre madre de trillizos. Ella nos contó que había pedido asientos juntos y a la ida le dieron uno de cuatro con la mesa en medio, con lo cual los podía ver a todos y encima en la mesa podían jugar. A la vuelta, que es dónde yo la conocí, le dieron asientos contiguos pero todos mirando para adelante, es decir, tenía un niño al lado y otros dos delante dándole la espalda. Los niños tendrían unos 3 años. Y la pobre madre no sabía qué hacer porque ni siquiera los tenía bien a la vista. Aún así, tengo que decir que se portaron genial y quitando el último rato aguantaron muy bien. ¿En qué estaba pensando el que le dio los asientos? ¿De verdad darlos así era dar asientos juntos? Y el mal rato en ese caso se lo llevó la madre.
    Por otro lado, a mí la serie me gusta mucho pero reconozco que hay que saber verla porque se transmiten unos valores muy malos, en el fondo es una crítica social increíble. Eso sí, para que la vean los niños o la den en horario infantil como pasa no es.
    Besos

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Pues porque en el fondo los adultos pensamos y actuamos desde nuestra perspectiva de adultos, y los niños que se adapten. Y eso es lo complicado.

      Sobre la serien, no comment porque ya te digo que ni intentando verla me ha gustado, no le veo gracia ninguna.

      Responder

  8. Mami en construcción

    No me había enterado de todo esto!! Madre mía, qué asco de tía… qué poca educación! Se creerá que ella es la reina del universo y que todo debe estar a su servicio… De vergüenza.
    Tienes toda la razón al hablar de que nuestra sociedad trata a los niños como una molestia y a una mujer que va con un bebé o un niño, ya deja de ser vista como mujer (con varias facetas, entre otras la de profesional -directamente se la acusó de jugar con el móvil, cuando podría estar perfectamente atendiendo a su negocio), y pasa a ser considerada una "madre", se nos falta el respeto y se nos deja de ver como posibles profesionales, creyéndose que sólo nos encargamos ya de cuidar a los niños…

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Para mi lo peor es cuando ha exigido un vagón sin niños, ahí, sin pudor. Que yo entiendo lo del coche en silencio, con sus condiciones, donde no se permite viajar a niños así como no se permite hablar por el móvil, mantener conversaciones… Es decir, aunque me pueda rechinar lo de los niños porque hay niños que saben estar tranquilos y en silencio, ahí lo acepto porque entiendo esta variable como difícil, ya que los niños son niños y charlan, juegan… Pero directamente un vagón sin niños… qué son, ¿animales? si en lugar de niños habláramos de otro colectivo, se hubiera armado la de dior.

      Responder

  9. nikitta

    Esta tia me da asco .. no tengo hijos aun ,pero mientras tanto disfruto viendo a los peques de los demas.. como juegan, como lloran, como rien ,me encantan .. aunque sean trastes ..son un amor los niños.
    No entiendo como esta señora, si se le puede llamar asi , tiene cojones a subir una foto de alguien en este caso una menor ()q aunke no se le ve la cara el resto si() y hacer esos comentarios tan vulgares, y de mala persona.
    Yo soy esa madre y te planto una denuncia mas grande que la catedran de santiago x flipada que es lo que se merece, aun encima de maleducada,prepotente y chula. Vamos que a ella un toque de atencion le venia d.p.m

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Lo de la foto es lo peor, y si yo hubiera sido esa madre y ese mi bebé, mi protesta no se habría quedado en una queja en Twitter. Me parece intolerable.

      Responder

  10. patricia

    En este caso no estoy de acuerdo. Creo que lo único que ha hecho esa mujer es dar una opinión. Es muy respetable que no te gusten los niños y que te parezca un coñazo viajar con ellos. Otra cosa es que hubiese dicho algo tipo prohibamos los niños en los trenes… Todo esto te lo dice una madre de dos niñas, de tres y de uno. Yo creo que es un error atacar aquellas opiniones con las que no estamos de acuerdo, eso es el fin de la tolerancia. Una cosa en la que te doy la razón es la foto, es de mal gusto. Pero últimamente he visto muchas fotos de ese tipo en redes sociales( sin enseñar la cara) y me preocupa.

    Responder

    1. Jorge C Sanz

      Por tu respuesta, solo llego a dos conclusiones y una afirmación…
      O es mentira lo que escribes o no te has leído elpost.
      Lo que es seguro, es que no has entendido nada.

      Responder

    2. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Patricia, ¿seguro que solo da una opinión?. Pues bien, vamos a hacer un pequeño ejercicio. Imaginemos que en lugar de niños hablamos de negros, de gays, de gitanos, por decirte algo. Ahora voy yo y digo que es un coñazo viajar con un negro en el tren y que deberían habilitar vagones solo para negros. ¿De verdad que solo estoy dando una opinión y que debe ser respetable que no me guste viajar con negros?. Pues perdona, pero a mi no me lo parece. Parece que los niños no sienten, y lo que es peor, que no se merecen nuestro respeto. El comentario de esa mujer demuestra, además de una gran falta de respeto, una profunda intolerancia. El fin de la tolerancia no es atacar opiniones diferentes, es aceptar o aplaudir opinones intolerantes. Es muy triste que con los niños todo valga, todo esté permitido, como si fueran personas de segunda que no se merecen el mínimo respeto por nuestra parte. Ten por seguro que eso no estoy dispuesto a permitirlo, no ya como madre sino como persona adulta que soy.

      Responder

    3. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Jorge C Sanz no se si miente o no ha leído el post, lo cierto es que tienes razón, no ha entendido nada.

      Responder

    4. Jorge C Sanz

      Ah! Y recordarle que existe un vagón de silencio…

      Responder

  11. patricia

    Por supuesto que he leído y entendido perfectamente el post. Simplemente estoy expresando mi opinión que de eso se trata, de discutir.
    Soy madre de dos niñas perfectamente educadas, por lo menos la mayor de 3, la de uno es aún muy pequeña. Pero cuando vamos en el tren canturrea, a veces habla alto, intenta levantarse mil veces y entablar conversación con cualquiera. A mi me da exactamente igual que otros pasajeros piensen que mis hijas molestan, no me ofende. Otra cosa es que se quejase al revisor, que las regañase o algo por el estilo, pero no me ofende en absoluto que esté pensando que menudo coñazo viajar con niños y si se desahoga gritándolo en Twitter pues mejor para el ( sin foto por supuesto)
    El ejemplo que pones sobre un gitano o negro me parece desafortunado, eso es racismo. Un adulto de cualquier raza no llora sin motivo, no grita, no está inquieto ( me refiero a la mayoría de los adultos por supuesto) y cualquier queja a ese respecto es racismo. Un niño por muy bien educado que esté, sobre todo los bebes, hacen ruido y pueden ser molestos si alguien quiere ir tranquilo pero es algo que debe aceptar cuando compra el billete y por la parte de los papas intentar que se porten lo mejor posible. Lo que no podemos cambiar es que haya gente a la que los niños les resulten molestos. Jamás he notado ninguna actitud negativa hacia mi ni hacia mis hijas desde que soy madre, lo que no se es lo que estarían pensando…
    Soy seguidora de tu blog desde el principio, me gusta tu forma de ver las cosas y he aprendido mucho pero no me ha gustado tu forma de responder y la de Jorge, me parecen asertivas. Cuando nos molestamos en comentar es porque hemos leído el post y simplemente puedo no pensar igual. No entiendo eso de que estoy mintiendo… Simplemente pienso diferente y eso enriquece si se comenta con educación y creo que así lo he hecho.
    Aunque me quedo con mal sabor de boca, seguiré leyéndote por que me gustas y espero que no te importe que siga comentando aunque no opine igual..😜 es cierto que suelo comentar en los blog cuando no estoy de acuerdo y eso no está del todo bien…

    Responder

    1. Jorge C Sanz

      Viajo bastante en AVE, y nunca he subido a las redes una foto empezando a quejarme de algo que aun no ha pasado, podría subir la foto de esos tres trajeados que les gusta compartir su conversación con todo el vagón, al del móvil y el portátil que parece ser que desea sepamos que esta hablando, de las dos señoras que se pasan hablando las casi tres horas (mas de cuatro si voy a Sevilla) que parece no se hubiesen visto en décadas,
      También esta el que tiene que levantarse mil veces a buscar algo en el equipaje, o pedirte paso varias veces durante el trayecto, WC, cafetería, paseo, etc…

      Debemos de viajar en trenes muy diferentes, pocas veces coincido con niños y cuando lo hago, como puedes leer, son el menor de mis problemas, alguna vez que me pueden haber "molestado" ha sido con el llanto de algún que otro bebé y eso se soluciona con unos auriculares (que los regalan).
      Los críos tienen excusa, los adultos no.

      Y sobre lo del racismo, quizás Alejandra a elegido mal la palabra, pero tengo otra que viene a significar lo mismo y es lo que la culpable de la creación este post hizo con esa cría, desprecio.

      Responder

  12. patricia

    Mi opinión resumida: comentario desafortunado sobre todo si te sigue mucha gente, lo de la foto a mi me parece hasta cierto punto punible (aunque lo hace muchísima gente y no parece que la gente se escandalice… Este punto es el único que me preocupa del asunto) pero una reacción exagerada de la gente, yo no creo que exista la niñofobia, personalmente no me siento ofendida con su comentario, ni creo que haya desprecio en sus palabras y soy consciente de que Siempre habrá gente a la que no les gusten los niños y no me afecta porque los que se tienen que adaptar son ellos. Dicho esto, me llama la atención que sea la única que le quite hierro al asunto.

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Patricia, efectivamente, creo que mi respuesta es asertiva, ya que intento no mostrarme molesta o agresiva en mis palabras, en mi forma de expresarme. Ovbiamente el lenguaje escrito y la falta de lenguaje verbal o gestual puede llevar a malinterpretaciones. Pero créeme que con mi respuesta a tu comentario mi intención era plantear una reflexión. Quizás no te parece apropiada, pero eso ya depende de nuestros puntos de vista, que no tienen por qué ser iguales.
      A mi desde luego no me parece un ejemplo desafortunado. Lo que hoy llamamos racismo o xenofobia y condenamos, afortunadamente, antaño era normal. Los niños no pueden defenderse, no pueden reclamar sus derechos. Y a mi me parece igualmente de ofensivo que se diga que una persona de color molesta, a que se diga de un niño, solo que este último no puede defender su posición, para eso estamos los adultos. Y creo que precisamente por eso no debemos quitarle hierro al asunto, porque los niños son despreciados y faltados al respeto en numerosas ocasiones por el mundo adulto y alguien debe dar la cara por ellos, o al menos así lo entiend yo. Porque cada vez hay más espacios vetados a los niños para garantizar el estado de tranquilidad de la burbuja social de los adultos y me parece muy peligroso en lo que puede acabar. Como aquellos clubs sociales solo para hombres donde las mujeres no podían ni asomar el hocico. A lo mejor esta comparación también te parece exagerada, y puede que lo sea, o no, porque como decía arriba, parece que con los niños todo vale, todo es justificable.

      Esta persona no ha dado una opinión, esta persona ha menospreciado a un colectivo, el de los niños ya no solo por prejuzgar y burlarse utilizando una imagen sin consentimiento, sino porque su expresión "madre mía, cómo está la media distancia" da a entender que los toma por ciudadanos de segunda o una subclase (por no decir animales, que es lo que a mi me sugiere) que no se merecen el derecho de viajar en un medio de transporte público. Y a mi me parece muy grave. Porque hay opiniones que está muy bien compartir en el círculo de los colegas, pero una red social es un ente público, más si tienes 40 y pico mil seguidores, por lo que aquello que dices lo expones públicamente, igual que si colgaras un cartel en la plaza del pueblo o en la zona más transitada de la ciudad. Creo que hemos llegado a un momento en el que podemos decir lo que nos venga en gana en las redes sociales y cruzarnos la chaqueta como si no sucediera nada pero no es así, lo que se dice en público tiene sus cosecuencias, positivas y negativas, y hay que asumirlas.
      En este caso, creo que ha sido la gota que ha colmado el vaso porque son muchas las veces que tenemos que leer, ver y escuchar que los niños son un coñazo, sentirnos mal observados por ir con nuestros hijos. Y si queremos que los niños sean adultos respetuosos lo mínimo es enseñarles a convivir con adultos. Y por desgracia, adultos irrespetuosos, maleducados y molestos los hay a puñado. De hecho, si hablamos de viajar en tren, el porcentaje de niños que viajan en él con respecto a adultos es mínimo. Sin embargo quienes molestan a diario en el tren son los adultos, y creo que en ese aspecto podemos contar mil y una experiencias.

      Por eso creo que no se debe quitar hierro al asunto, porque me niego a que se aplauda un acto así, a que se fomente el rechazo a los niños en los espacios públicos, porque si no ponemos pies en pared permitiremos que se les pueda faltar al respeto sin impunidad, y me parece muy muy injusto.

      No obstante te agradezco muchísimo tu opinión desde el respeto.

      Responder

  13. Jorge C Sanz

    ¿No te sientes personalmente ofendida por el comentario? Yo si y no soy madre.
    Lo que esta impresentable alude en esa foto es la imagen en blanco y negro, como volver a los 60-70, con una madre (trabajadora) que va la pobre mujer con todo el kit de supervivencia, solo falta el marido con un 600 esperándola en la estación.

    Claro, en su circulo eso no es cool (o chic), se ve rancio… "vintage".

    Responder

  14. Betty Groove

    Totalmente de acuerdo con todo lo leído.
    Viajó desde Madrid para Asturias 3 veces al año desde que mi peque tenía 6 meses y he tenido que aguantar comentarios , críticas y miradas de desaprobacion continuas.
    Además como le doy de mamar pues ya te podrás imaginar.
    Todo molesta.
    Si comenta, si mamá, si ríe, si duerme en el pecho, si habla TODO!!!!
    Indignante.
    Y lo difícil que es viajar sola con malestas bebé y los demás mirándote como si les fueras a joder la vida.
    UN POQUITO DE RESPETO Y EMPATÍA POR FAVOR.
    gracias por el post, me siento menos sola.

    Responder

  15. Ana Rog

    Querida mamá:

    Entiendo que tiene todo el derecho a llevar a su niño pero de igual modo usted y todos los padres tienen la obligación de educarlos para que estén en silencio cuando viajan con gente. Soy joven y no tengo hijos aún pero también tengo unas circunstancias . Tengo que viajar asiduamente en larga distancia para estudiar en Madrid , normalmente uso este tipo de transporte porque me permite aprovechar más el tiempo con mi familia que está lejos, igual cuando su niño crezca lo entiende , a pesar de que este transporte sale un poco de mi presupuesto de estudiante. Lo hago para aprovechar el tiempo con mi familia y normalmente tengo que trabajar y estudiar en el vagón pero desgraciadamente no siempre hay coche en silencio. Igual que usted tiene el derecho a llevar a su hijo donde le plazca yo tengo el derecho a no tener que perder horas con mi familia para estudiar si puedo tener dos horas en el tren. Por eso y dado a que no todas las madres educan a sus hijos igual de bien que uste le pido que entienda el punto de vista de otras personas , con otra vida y otras circunstancias. Evidentemente se lo hago llegar con la educación que mi madre me ha enseñado a mi para que vea que es una opinión respetable más allá de que haya gente que con su forma de expresarse pierda la razón .

    Responder

  16. Mai

    Me pareces que eres muy talibán,si tus hijos son perfectos ole tú,pero tampoco para acosar a esta mujer como lo has hecho.Respeta que cada uno tiene su opinión aunque no te guste,y me consta que tus hijos,por mucho que los quieras,de vez en cuando te molestan,porque lo dices en tu blog.No eres más madre por see defensora a muerte ni ella menos por no tenerlos

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 × cinco =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.