Recordando… hace 13 años

Más o menos por esta fecha, era semana santa. Sí, cayó muy tarde, del 16 al 23 de abril, domingo de ramos y domingo de pascua, y a diferencia de estos días de calor inusual que estamos pasando, fue una semana santa fría y algo lluviosa.

Yo tenía por entonces 21 años, estaba soltera y sin compromiso, vamos, que no tenía novio, ni ligue, ni rollete ni nada parecido; más bien repelía todo aquello que tuviera que ver con el género masculino que fuera más que una buena amistad, son las secuelas de un novio celoso y posesivo enfermizo. Estudiaba derecho y hacía meses había recuperado la que había sido la gran afición de mi vida, cantar en un coro, entré en una formación lírica y allí conocí a mucha gente e hice un buen grupo de amigos.

Como decía era semana santa y estaba sentada en el palco de una compañera del coro en la carrera oficia, junto con otros dos compañeros, uno de ellos pareja de ella en ese momento. Ese día en concreto creo que era miércoles santo y estábamos charlando esperando a que pasaran las hermandades de ese día, cuando uno de los compis, el que era pareja de la dueña del palco, señaló hacia un andamio cercano y me dice “¿ves ese chaval que está ahí? Es Johnny, el hermano de L -otra compañera del coro, muy amiga suya-” y yo asentí sin darle mayor importancia.
Al rato nos presentó, ese tal Johnny trabajaba en la tv local y estaba en lo alto del andamio trabajando con la cámara, me llamó la atención porque tenía las mejillas muy coloradas pero poco más, y mi compi me contó que hacía poco había roto con su novia después de muchos años
juntos y que estaba “desatao”, y yo pensé “pues vaya, ni que fuera para
tanto, a mi no me parece ni guapo”.
Al día siguiente volvimos al palco y en la “Madrugá” compramos churros para pasar el frío, me dio por ofrecerle al chico ese de lo alto del andamio y me los rechazó. Me cayó mal al momento.

Y a la semana siguiente empecé a salir con un chico. No, no era el del andamio que trabajaba en la tv local, ni mucho menos. Fue un chico que conocí a raíz del coro, que me animó a dejar de tener cierta animadversión hacia el género masculino. Me invitó a cenar a un italiano y luego nos fuimos a tomar una copa donde, por casualidad, me encontré al cámara de la tv local que conocí en lo alto de un andamio. Nos saludamos, charlamos brevemente, me regaló una piruleta en forma de corazón -detalle que olvidé y no recordé hasta años después- nos despedimos y yo me quedé con el chico con el que empecé a salir esa noche. Duró 3 meses, “no es por ti, es por mi, eres muy buena, no te merezco…” en fin, lo típico, ¡cómo odio esa excusa!.

Tras dejarlo con ese chico,una noche cenando con mis compis del coro, solo chicas, una de ellas me preguntó si yo conocía a un tal Johnny que era hermana de L, la que estaba en el coro. Sí, algo me sonaba, el chico de lo alto del andamio que trabajaba en la tv local, entonces me dijo que había coincidido con él en un chat y cuando ella comentó que cantaba en el coro él le había preguntado por mi, estaba muy interesado en saber más sobre mi… y eso llamó mi curiosidad. Estaba de bajón post-ruptura y eso me despertó un poquito, tanto que yo, que no tenía internet en casa -recordad que os hablo del año 2000, aún no había adsl, ni fibra óptica ni tarifas planas- y me las ingenié para conectarme, compré un cable de red, me hice con un pack de Wanadoo -¿os acordáis?- y ea, internet en casa con un cable de 10 metros tirado de la caja de la conexión del teléfono del salón al ordenador de mi habitación, dejando la linea telefónica sin servicio, como estaba mandado por entonces.

Y me conecté al chat ese con el nick de Minerva -siempre me ha apasionado la mitología griega-, esperando a que entrara.Y entró, no recuerdo cómo pero acabamos con una conversación privada, yo sin decir que era yo, haciendo preguntas capciosas “¿tienes novia? ¿te gusta alguien? ¿quién es?”. Sí, vale, me valí del engaño y jugaba con ventaja, pero venía de un desengaño inesperado y no tenía ganas de más sorpresas. El engaño no duró mucho, al tercer día me descubrí y él me soltó lo típico de “si ya lo sabía, tonta” y así, fuimos chateando noche tras noche, hasta que un día quedamos. 

Quedamos un día, otro, otro, y al final nos pasábamos el día juntos, todo el tiempo que él no trabajaba o libraba, me llevaba a desayunar, comer, merendar, cenar, lo que se terciara, me quería camelar. Me caía muy bien, me parecía un gran amigo y me gustaba mucho estar con él, como amigo pero nada más. Nos fuimos un fin de semana a la sierra varios compis del coro y allí “intentó” algo pero yo me hice la dormida, con lo que tuvo que tener paciencia y esperar. 

Una noche me propuse hablar con él porque veía que se estaba haciendo ilusiones y yo no quería una relación pero tampoco quería perderlo como amigo, así que tras cenar por ahí cuando me fue a llevar a casa en coche, al parar le dije que lo sentía mucho, que le apreciaba mucho pero que quería que fuéramos solo amigos. Y me contestó que le parecía perfecto, que lo único que quería de mi era que yo fuera feliz, ya fuera su pareja o su amiga. Y una micra de segundo tuve un momento de introspección y me dije “¿pero tú eres tonta o qué?”, y acto seguido le planté un beso en los morros.
A los dos meses estábamos buscando piso para irnos a vivir juntos, a los 6 nos compramos nuestro piso… Y hoy, 13 años después de aquella semana de abril ese muchacho que trabajaba en la tv local es mi señor marido, llevamos 12 años y medio de pareja, 10 conviviendo, casi 3 casados y tenemos 2 hijos que son nuestra vida.

Luego me contó que esa semana santa, el día que nos presentaron, mientras yo charlaba con mis compis él se preparaba para trabajar y le pidió el realizador que hiciera un “paneo” para probar la cámara, él lo hizo y paró la imagen en una chica que estaba sentada en un palco, comiendo pipas y charlando. El realizador le preguntó “¿Quién es esa chica?”, “Es mi novia”, ¿Pero si tú no tienes novia?”, “Todavía no, pero esa chica va a ser mi novia”. Sí, podía parecer que iba de sobrado pero vaya, que lo consiguió, su novia, su mujer y la madre de sus hijos, ahí es nada. No fue fácil, fueron 6 meses de espera, paciencia, de querer conocerme, de estar a mi lado pese a todo.

Hoy me he acordado de toda esa historia y he pensado que, si aquel día que me lo presentaron me cuentan lo que hay hoy, no me lo hubiera creído de ninguna manera. Cosas de la vida. Ahora ya no tiene necesidad de camelarme, es poco detallista y lo da todo por hecho, me irrita, me hace perder la paciencia como nadie, pero también es la persona que más me hace reír, y me parece que es la mejor persona que he conocido en mi vida. Y lo más importante, hemos formado una familia preciosa, lo mejor que he tenido en mi vida.

13 años después… me hace gracia recordar cómo empezó todo.

6 thoughts on “Recordando… hace 13 años

  1. Teresa

    Bonita historia! Yo tampoco lo habría creído si hace más de 18 años ese chico "raro" que se sentaba detrás de mí en la universidad iba a ser mi marido y padre de mis 3 hijos…

    Responder

  2. Marieta

    Jo, que bonito Alejandra!!!
    un beso

    Responder

  3. batallitasdemama

    Que bonito, me ha gustado mucho la historia. Un beso

    Responder

  4. maryeta

    Ohhh muchas felicidades !!!
    Nosotros también cumplimos 15 años juntos hace unos días y la verdad es que son fechas que hay que recordar.
    Un saludo.
    http://mamaalostreintaytantos.blogspot.com.es/

    Responder

  5. Mo

    Me encantan conocer las historias que hay detrás de cada pareja. Y la vustra es preciosa.
    Feliz aniversario!!! 🙂
    Besotes!

    Responder

  6. Anita

    Me encanta vuestra historia!!

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 × 1 =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.