18 meses, un añito y medio…¡¡¡¿¿¿YAAAA???!!!

Mi pequeña cumplió 18 meses el día 18 (sí, lo se, voy con retraso, ¡no me da la vida!), un año y medio, vértigo me da pensar que estamos en el camino de los 2 años. ¡¡2 AÑOS!! No, no puede ser, no puede haber pasado tan rápido este tiempo.
Pues sí pasa rápido el tiempo, y más cuando lo disfrutamos tanto. Es que esta niña es lo que no hay, es simpática, graciosa, cómica, geniuda, enfadona, cariñosa, adorable, y en toda y cada una de sus cualidades está para comérsela.
La miro y me siento la persona más afortunada del mundo. Supongo que es algo que nos pasa a todas las mamás y papás, porque tengo idéntico sentimiento con Iván, y es que creo que no podía haber tenido más suerte con mis hijos. Y esta niña, que creíamos que no nos sorprendería por venir de la experiencia de un hijo mayor, es todo lo contrario, nos tiene descuadrados con sus avances, sus ocurrencias y sus habilidades aprendidas.
Nos está dando una crianza muy sencilla. Come bien, duerme bien – hasta hoy no se lo que es una mala noche -, está sanísima – hasta el día de hoy no se lo que es llevarla al médico salvo a ponerse las vacunas y al control del niño sano, ni una décima de fiebre, ni una tos, ni un moco del que me tenga que preocupar y por favor que siga así – se adapta a todo, y así da gusto criarla, porque se disfruta al 100%.
Aunque tiene lo suyo. Está madrera, muy madrera, muy muy muy madrera. Llora a gritos cuando ve que me voy a trabajar, en cuanto asomo por la puerta de casa viene corriendo, con esa sonrisa que tiene y los brazos abiertos para tirarse a mi regazo, la cojo en brazos y me abraza agarrándome bien, para que no me vaya. Siempre quiere estar conmigo, el tiempo que estoy en casa me persigue como un perrito, se agarra a mis piernas, si me siento a comer se sienta en mi regazo, si me siento a leer se pone a horcajadas sobre mi, entre el libro y yo (con cara de OLA K ASE), si voy al baño se viene detrás y más vale que no cierre la puerta porque la aporrea y berrea hasta que le abro, entonces no pierde detalle de todo lo que hago y su curiosidad es tal que a veces hasta se “asoma” para curiosear más a fondo, viva la intimidad. Siempre conmigo, lo que me hace pensar que me echa mucho de menos el tiempo que no estoy en casa y me da mucha penita.
Seguimos con la lactancia materna y como para no; está como un bebé recién nacido, mamando cada dos por tres con el añadido de que ya tiene la habilidad y destreza adquirida de tal manera que me despelota en cerocoma, me baja la cremallera del polar, me desabrocha los botones de la bata o me sube la camiseta, no hay prenda de ropa exterior o interior que se le resista. Al menos he conseguido que cuando se despierta por la noche se vuelva a dormir sin sacarme la teta, aunque la tengo que meter conmigo en la cama para que vuelva hacerlo, necesita tenerme bien cerquita. Tampoco tengo ninguna prisa por dejar de darle el pecho, es lo poco que me queda de su tiempo de bebé y pienso aprovecharlo todo lo que puedo. Aunque la muy bicha está desarrollando sus trucos para conseguir que no le suelte el pezón de la boca y a veces me atrapa en plan cepo (no me hace daño porque no muerde, pero noto el roce de los dientes) y cuando se suelta tengo un delicado cerco con las marcas de sus dientecitos decorando el borde de mi pezón.
Hablando de dientes, vamos bien. Tiene cuatro dientes arriba (incisivos superiores) y los colmillos (caninos superirores) asomando, dos dientes abajo (incisivos inferiores centrales) y 4 muelas (premolares. Está muy graciosa con sus dientes y cuando le pido que me los enseñe se lleva los deditos a ellos y sonríe con picaría. Me la como.
 Las comidas son una delicia. Aunque es un poco puñetera porque el primer bocado, que no lo quiere, una vez conseguimos que lo acepte abre la boca como una piraña. Sin embargo en otras ocasiones, sobre todo cuando se trata de “porquerías” dígase chocolate, galletas, dulces, cosas ricas en general, no hace falta ofrecerle, viene cual perrillo, abriendo la boca, jadeando, lloriqueando para que le demos. Pero come muy bien, y muy bien me refiero a que si la dejamos hasta come sola, sin ayuda (y con el agravante de que el sofá y el suelo acaban como un estercolero); es una estampa digna de ver, Iván y ella, sentados los dos juntitos, cada uno con su plato y su cubierto, como dos niños grandes. Es entonces cuando me doy cuenta de lo mucho que han crecido. Ains. Lo mejor de todo es que no tengo que preparar nada especial para ella, hago una sola comida para todos, lo que es super práctico, y cuando salimos por ahí no tengo que llevar nada previsto porque se que va a comer lo que le pongamos por delante.
De desarrollo va muy bien, espabilada está pero bien. Sigue sin hablar claro pero no se calla en todo el día, chapurrea en su idioma y se hace entender, tiene su especial manera de llamar a las cosas aunque lo que más claramente dice, sin ningún tipo de problema, es MAMÁ. Me hace muchas gracias cuando me llama a gritos MAMAAAAAAAAAAAAA MAMAAAAAAAAAAAAA ains con lo pequeña que es y la potencia que tiene la jodía. Es muy hábil y ágil, tiene hiper desarrollada la motricidad, tanto la fina como la gruesa, es una intrépida trepadora, no hay altura que se le resista, es muy peligrosa porque no tiene miedo a nada y eso hace que no podamos estar tranquilos con ella ni en casa. Los reyes magos le han traído una moto, sí, de esas que se suelen empezar a usar con dos años, y es tremenda la habilidad y destreza con la que se maneja, a pesar de llegar solo con las puntitas de los pies. Además le gusta, de hecho ese regalito viene por un pollo que montó en una tienda de juguetes, cuando se encaramó sin ayuda a la moto y la hicimos bajar, ¡menudo cabreo!. La ve y dice brrrruuuuuuuummm brrrrrruuuuuummmm, se sube y a correr. Había que verla el día después de reyes, con su abriguito de punto y su capota a juego que más bien parecía Caperucita Roja, corriendo con la moto por las calles del centro, sorprendiendo a los paseantes que se paraban a mirarla, perplejos, “¡pero si es muy pequeña, anda cómo la maneja!”.
Con el hermano ahí va, con la perfecta relación de hermanos, como te quiero te aprieto. Juegan mucho, muchísimo juntos, pero también se enfadan y se pelean, se intercambian los papeles porque ella se pone a su altura e Iván a la de ella, y así tenemos a una niña que le echa coraje a su hermano, y a un niño que nos llama a balbuceos como si fuera un bebé. Pero me encanta verlos jugar, sobre todo teniendo en cuenta que ella no habla, pero se entienden a la perfección. Se ponen a echar carreras por el mínimo pasillo que tenemos, juegan al pilla pilla, ahora les ha dado por jugar con un baúl de madera donde guardamos los juguetes entrando y saliendo de él como si de un truco de magia se tratara; a veces vemos a Antía jugando con los juguetes de Iván – a la niña le pirra el mundo del motor y todo lo que sean coches, camiones y lleve ruedas – y a Iván jugando con los juguetes de Antía – empujando la sillita de paseo, meciendo al muñeco de bebé y diciendo con mucho orgullo “estoy jugando a que soy un papá”, por lo que le sacan doble partido a todos los juguetes. 
Ella va al son del hermano para todo. Si el pinta ella tiene que coger un lápiz y hacer garabatos en un papel (y qué bien coge el lápiz, tiene mucha más habilidad y destreza que Iván), si Iván lee ella coge otro libro; y por esa regla de tres ella ve los mismos dibujitos que Iván. Lo bueno es que Iván para los dibujitos es muy niño, nada de Gormiti ni Ben10 ni Bob Esponja, a Iván le va más Peppa Pig, Lazy Town, Dora y en general todos los dibujitos de “Nillunior azul y naranja” (Nick Jr). Dibujos muy musicales, con muchos colores, y ella se vuelve loca con las sintonías, bailando levantando los pies y agitando los brazos enérgicamente. 
Coordina muy bien los movimientos. Se señala las partes del cuerpo importantes – nariz, ojos, boca, orejas, pelo, dientes, tetillas, ombligo, rodillas, pies- se parte cuando le prengunto ¿Dónde está el culete? y se toca la cachilla riéndose, ¿Dónde está papá-mamá-Iván-Munki-Mimi-abuela-Dora-Max-yetc? y señala emitiendo un sonido gutural incapaz de reproducir en palabras pero muy gracioso, muy característico, muy suyo; pero lo mejor es cuando estamos señalando cosas y preguntando dónde está le digo “Dónde está Antía?” y entonces se tapa los ojos y se los descubre, como jugando a cucú-tra y me parto. Cuando le digo “guapa, guapa, guapa” se da palmadas en el pecho. Y lo que le encanta es hacer gestos de canciones, si le canto “envolviendo, desenvolviendo, estira, estira y pom, pom, pom” hace perfectamente el movimiento con sus bracitos; y le encanta cogerme la mano, me pone la palma hacia arriba y me hace círculos con su dedo índice mientras yo le canto “palma repalma, chica morena, cómo la quieres ¿grande o pequeña?” me da una palmada, y entonces me acuerdo de cuando me lo cantaban mi madre y mi abuela.
Pronto tendrá su propia habitación – por fin, que ya era hora – e Iván está muy triste porque ahora todos los juguetes y ropa de la niña están en su dormitorio, juegan allí y él no quiere separarse en ese aspecto de la hermana; estos días que nos ha visto trajinar de aquí allá ordenando trastos nos dijo que no quiere que su hermanita tenga habitación porque él quiere compartir la suya con ella, “Mamá, yo le dejo mis juguetes y que duerma conmigo en mi cama”. Si es que mi niño es un bichejo, pero un bichejo muy cariñoso.
Estoy enamorada de ella. La adoro tal cual es, la miro y la veo perfecta, preciosa, es mi niña bonita. La estrujaría a abrazos, no puedo evitarlo. Y me pierden sus pies, sus pequeñines y olorositos pies – que le huelen, sí, es un olor peculiar que me encanta y me dan ganas de comérmelos poquito a poco-; me pierden sus ojos, tan abiertos, tan vivaces, tal expresivos; me pierde su sonrisa, tan alegre, tan sincera. Me pierde toda ella tan pequeñita como es, pequeña pero matona como me decían a mi de peque, porque tiene un genio y un carácter bien marcado. Me encantan sus gestos tan suyos, sobre todo cuando idea algo o se concentra y al veo sacando la lengua hacia arriba, que le hace cara de más pícara toda vía. La adoro. 
Y no quiero que crezca, quiero que se pare el tiempo y se quede tal cual, porque es una maravilla la etapa en la que está, es un disfrute total y me da mucha pena que mi bebé se me escurra entre las manos y vaya teniendo ya una niña. Si parece que fue hace nada que nació y cuando me de cuenta estará soplando las dos velitas… ¿Dónde se ha quedado mi bebé?.







10 thoughts on “18 meses, un añito y medio…¡¡¡¿¿¿YAAAA???!!!

  1. adormir

    Es una sensacion agri-dulza la que sentimos cuando nos paramos a pensar en cuanto crezen!! Jeje!
    A la edad de los 18 meses precisamente es cuando reaparece la etapa del sindrome por abandono, quizas por eso esta tan enmadrada pero son temporadas!!
    Un besazo y felicidades por tu famila! Mua

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  2. Opiniones incorrectas

    Vaya vida más completa que tiene Antía 🙂
    Ya es toda una moza, ¡qué ilusión!

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  3. Marieta

    Increíble como crecen!!! Sigue disfrutando de ella!!
    Un besote!!

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  4. Mo

    Aixxx, es que pasa taaan rápido. Las mamis siempre andamos diciendo lo mismo, desde fuera debemos parecer de lo más monotemáticas, ¡pero es que es cierto! En fin, sólo nos queda disfrutar de esos momentos mágicos.
    Besos!

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  5. London

    Te lo he dicho mil veces, tienes un bebé que da gloria de tener!!! bueno los dos en general, que gustazo nena.

    Feliz cumplemes pequeñita torbellino. Besitos

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  6. Ness

    Ay Que preciosa que está la enana de la casa!! Deseando ver esa habitación, aunque al hermano no le haga tanta ilusión.

    Que envidia lo de las noches!!

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  7. jilucas

    ¡Qué post tan chulo! Yo tengo una niña de 18 meses y en muchas cosas me parece que la estás describiendo a ella… De hecho, la primera palabra que aprendió fue Mimi (su versión de Minnie)

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  8. concebir una niña

    Muy bueno el blog. Me parecio super completo y este post en particular es muy bueno.

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  9. Sofia

    no veas como crece, q rápido van …
    se pasa el tiempo demasiado veloz, me gustaría q se parara un poquito, sólo un poquito (o q tuviésemos más tiempo de estar con ellos)

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  10. Ani Galaz

    Que lindo post! Yo estoy embarazada y no veo la hora de tenerla en mis brazos a mi gordita! Sé que cuando nazca el tiempo va a pasar rapidísimo por eso quiero compartir todo y no perderme de nada! Saludos 🙂

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