16 cumplemes y otras celebraciones

Ayer cumplió mi niña 16 meses. Qué mala cabeza, yo que me pasé todo el sábado pensando y celebrando que era su cumplemes y resulta que viendo el calendario, ¡fue ayer!
Pues mi niña sigue creciendo sana, feliz y haciéndonos disfrutar de esta maravillosa etapa. Disfrutar, esa esa la palabra clave, la estamos disfrutando, con tranquilidad y a tope. Y que sea así me está resultando liberador, pues pesaba sobre mi la sensación de no haber podido hacerlo en sus primeros meses, o no como lo hice con Iván, porque él seguía necesitando mi atención y no podía ni debía dedicarme en exclusiva a Antía. 
Iván ha crecido mucho y ha adoptado a la perfección el rol de hermano mayor, pero además ya se ha acostumbrado a Antía, lo que me permite dedicarme un poco más a ella sin que él me reclame tanto. Aunque me siento la mamá gallina siempre con mis polluelos bajo las alas, el que uno de ellos se venga conmigo implica que automáticamente lo haga el otro, raro es el momento en el que esté sola o con los brazos libres y los pocos momentos que tengo para sentarme en el sofá a descansar es flanqueada por mis dos lapas de hijos (y normalmente el gato completa el cuarteto). Agotador, sí, pero me encanta sentir que soy tan importante para ellos, me encantan que se peleen por estar conmigo.
Como iba diciendo, Antía ya no es un bebé que depende de mi al 100% ni Iván el niño que recelaba de su hermana, así que ahora los disfruto plenamente, tanto las ocurrencias de Iván como todos los avances de Antía. De hecho la mayoría de las veces que Antía hace algo nuevo es Iván quien nos avisa, “Mamá, ¿has visto lo que ha hecho la niña?”, siempre pendiente de su hermana. En ocasiones es muy bruto con ella pero la protege y la quiere con locura.
¿Cambios en este mes?, pues no muchos, la verdad, o al menos no cambios importantes.  Bueno, importante sí ha habido uno, ¡sabe dar besos! en alguna ocasión la pillé acercando su mejilla a la mía y diciendo MAAAAAAA (imitando el sonido del beso) pero lo del sábado fue el no va más. Me acababa de despertar pero estaba en la cama, remoloneando sin ganas de levantarme, y ella estaba dormida a mi lado. De repente siento que hace el típico sonido de cuando se despierta, y yo me hago la dormida para darle una sorpresa; noto que me da palmaditas sobre el hombro musitando ¿MMMMMMM?, y al ver que no le respondo noto que se acerca, me pone la boquita sobre mis labios y me da un beso. ¡AYS! No tardé nada en abrir los ojos y ver su cara de felicidad, me la comí a besos, ¡Mi niña acababa de darme su primer beso de verdad!, ¿Alguien se imagina un despertar más dulce?. Jamás se me olvidará ese primer besos que ha sido lo más bonito de mi vida.
Sigue hablando lo justo y necesario, casi nada, mantiene sus conversaciones con sus juguetes y con los gatos en su idioma y con nosotros se apaña con los “abaaaaaa apaaaaaaa amaaaaaaaaa”. Eso sí, ha perfeccionado al técnica de llamarme a grito pelado y se pasa el día “MAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA  MAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA”, como la deje en el parque mientras hago algo o esté en la cocina haciendo de comer o limpiando no para de llamarme. Ve a su padre y le llama MAMAAAAAAAAAAA pese a que Papá se empeña en repetirle una y otra vez PA-PA. 
A Iván también lo llama, le dice VAAAAAAAAAAA, señalándolo por si no nos habíamos enterado. Y a los gatos les dice MAAAAAAAAAAA. Casi todo su escaso vocabulario se reduce a enfatizar la vocal A con la M, P, B por delante.
Aún así pese a hablar poco se hace entender perfectamente, cuando quiere algo nos lo señala, nos lo enseña, nos coge de la mano o nos lleva, y si no le entendemos entonces se enfurruña y cambia de vocales y consonantes deleitándonos con sus ÑI ÑI ÑIIIIIII. Con su hermano también tiene su vocabulario, que usa principalmente cuando él la achucha, apretuja, embiste y hace el bestia con ella, entonces le dice NAI NAI NAIIIIII agitando las manos y moviendo la cabeza haciendo un claro gesto de negación mientras lo aparta de sí con las manos, o diciéndole ÑI ÑI ÑIIIIIII. Los ñais y ñis son sus vocablos de rechazo y enfado, y se pone muy graciosa porque al decirlo se le arruga la nariz, enseña sus dientecitos y pone una cara de lo más graciosa.
Con los gatos está encantada, la gata aún huye por si acaso pero Munki, que es más paciente y para moverlo hace falta una grúa, la aguanta con estoicidad gatuna. Ella es muy cuidadosa para ser tan pequeña, estamos acostumbrados a que los peques en lugar de acariciar dan palmadas o directamente dan tirones de oreja y rabo y sin embargo ella se acerca, agacha su cabeza, lo mira, le habla diciendo MAAAAAAA, le acaricia con suavidad y Munki ni se inmuta. Solo cuando le coge el rabo (que no le llega a tirar, pero lo de Munki con su rabo es obsesión, no le gusta nada que se lo toquen) le dedica algún MIAUUUU avisador, pero por el resto aguanta lo que quiere, e incluso cuando ella duerme se acuesta a su lado – es la mejor barrera para que no se caiga al suelo-. Estoy encantada con la relación niños-gatos en mi casa, porque conviven, se respetan y jamás ha habido el mínimo problema.
Genio tiene para dar y repartir, cuando se enfada patalea, grita, agita los brazos y se tira al suelo, eso sí, con la cabeza tiesa levantada hacia arriba para no darse, que tonta no es. Y la verdad es que se enfada mucho porque su hermano es experto en chincharla y quitarle todo aquello que ella coge, y porque quiere hacer lo que no debe: meter las manos en los enchufes, coger los cuchillos, subirse a sitios peligrosos; o vaciarme los cajones de la cómoda, vaciarme el bolso, robarme el móvil o el mando de la tele… Y menudo carácter porque más de una vez cuando le damos el cambiazo de algo que no debe coger por algún juguete sobre la marcha tira lo que le damos al suelo con una rabia absoluta, o da manotazos; hace unos días no recuerdo qué estaba haciendo que no le dejamos seguir y dio un manotazo sobre la mesita de centro que nos quedamos totalmente ALUCINADOS. Al menos sabemos que no se deja avasallar, pero vaya telita con la geniecilla.
Es muy graciosa porque le encanta coger todo lo que es sumamente enorme para ella, y te la ves que viene de la habitación de su hermano con el cajón de los juguetes, como quien carga un saco de arena. Cajas, bolsas, da igual, todo le gusta, y lo sorprendente es que cuando nos damos cuenta ¡lo ha levantado en peso!. Sí, que será poquita cosa pero hay que ver la fuerza que tiene.
La habitación de su hermano es el paraíso. Le encanta, entra cada vez que puede, abre los cajones de los juguetes, se pone a sacar cosas, nos las trae y enseña, juega con ellas, las vuelve a llevar, es como si fuera un pozo inagotable de entretenimiento. A ver si le montamos su propia habitación de una vez que le hace más que falta.
De dientes vamos bien, ya tiene fuera las puntitas de los incisivos laterales y los colmillos, a veces se ve que le molestan más de la cuenta porque se lleva las manos a la boca constantemente. Pero en general los dientes no están siendo un problema y cuando se ríe o se enfada está graciosísima con los pocos dientes que tiene.  
Y para celebrar el cumplemes el sábado nos fuimos a un parque de bolas del que tenemos un bono que sale muy bien de precio (aunque solo vamos de vez en cuando, cuando llueve, porque preferimos estar al aire libre). Tienen una zona para los niños más peques y lo vimos ideal para que ella jugara. Es muy intrépida, hace ya tiempo que se tira sola del tobogán y le encanta así que estábamos prácticamente seguros de que se lo iba a pasar pipa. Pero como siempre estos enanos superan nuestras expectativas y lo que vimos el sábado no tiene precio. Una niña animada, juguetona que trepaba por los cilindros que hacían de rampa hacia el tobogán como si lo hiciera toda la vida; se tiraba del tobogán que parecía que iba a salir volando y caía en plancha sobre la piscina de bolas. ¿Miedo, llanto?, ni mucho menos, carcajada pura de felicidad, se lo pasó en grande y fue el centro de atención de los clientes, que alucinaban viendo a una niña tan pequeña trepando y tirándose con tanta soltura. 
Y como decía más arriba estos días no solo son de cumplemes sino también de aniversario. Tal día como ayer hace 5 años veía esa rayita roja que suponía el mayor cambio en mi vida, y hace dos años esa rayita volvía a iluminar mi vida. Miro atrás y me parece increíble que ya hayan pasado 5 años desde que me enteré que estaba embarazada por primera vez, ufff, se me pone una cosa dentro al pensarlo… es muy fuerte, todo lo que ha pasado a lo largo de estos 5 años, lo que la vida me ha dado, todo lo que ha cambiado, si me paro a pensar en realidad parece que llevo siendo madre toda la vida porque todo lo anterior me parece muy lejano e intrascendente. 
Definitivamente ser madre es lo más importante que he hecho en mi vida, lo que más felicidad me ha aportado y de lo que más orgullosa me siento.

5 thoughts on “16 cumplemes y otras celebraciones

  1. Opiniones incorrectas

    Muchísimas felicidades para Antía 🙂
    Lo de los gatos es genial jeje ¡ya desde pequeña sabe lo que es bueno!
    Y ya que casi coincida el día con la preciosa coincidencia del día en que supiste que serías mamá por primera vez, es el culmen.

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  2. beronykas

    El video es una maravilla, ¡qué dulzura! Antía va a ser candela, como dicen en la tierra de mi pareja, Cuba. Está super espabilada. Da gusto verla. Y qué gracia me hace Iván.

    Me encanta leer tus post y saber, qué me espera y como será la cosa…jejej

    Un saludo.

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  3. London

    Felicidades princesa! estás preciosa a rabiar, menudos ojazos te gastas!!

    Que tierno el despertar del beso, me la como enterita jeje. No te preocupes que no hable, la mía no hablaba y ahora no calla ni debajo del agua!! y es literal jajaja.

    Como pasa el tiempo, 5 añitos ya de esa rayita, que de recuerds dan, eh??

    Un besazo

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  4. Ness

    Ay que bonica Antía dando besitos!!! Emma aprendió pero en vez de decir mua, chasquea los labios…eso sí, los da en cuentagotas, menos a Ivan, que se los da a cascoporro! Que morro!!

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  5. Mo

    Jajajaja! Vaya meneo se pegan en el parque de bolas! (si es que me tiraría hasta yo!). Y qué chulo que ya sepa dar besotes, jejeje!
    Feliz cumplemes!

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