Dias de calor, playa y efectos colaterales

*Nota aclaratoria: es posible que este relateo esté lleno de incongruencias y faltas de ortografía y expresión, todo ello fruto de escribir a unas horas intempestivas en las que mis neuronas trabajan con el piloto automático. Prometo corregir errores en cuanto esté algo más despierta, pero era esto o no publicar…
Hace poco me quejaba en una tienda de que no había ropa de entretiempo, buscando algo de primavera para la niña solo encontraba ropa muy veraniega, y esta semana he comprendido por qué esto es así. Porque este tiempo está loco, pero loco, y me da a mí que el cambio climático nos va a llevar a tener dos estaciones en lugar de cuatro, lo mismo estamos en manga corta hasta mediados de noviembre y de repente tenemos que sacar los abrigos, que andamos con botas hasta principios de mayo y sin darnos cuenta estamos en sandalias, sin pasar por el término medio.
Y si nosotros lo notamos, cuanto más los peques. Iván ha pasado de ir abrigado al cole porque por las mañanas refrescaba de lo lindo y hemos pasado un mes de abril muy lluvioso, a ir directamente en pantalones cortos y camiseta, Una noche dormíamos con pijama de invierno, sábanas de pirineo y nuestro nórdico de plumón y al día siguiente estábamos medio en pelotas sobre la cama, sin taparnos. Así el pobre Iván se llevó varios días relatando “Mamá, ¿por qué no me pones el pijama? ¡Yo quiero ponerme en pijama!”, y yo diciéndole “Cariño, hace mucho calor y en calzoncillos estás más fresquito”. 
Si es que no es lo mismo ir quitándose la ropa poco a poco que hacerlo de golpe. Con la niña he pasado a ponerle un vestido de invierno con leotardos a ponerle vestido de verano sin ni siquiera calcetines; de hecho le compré un par de leotardos calados y unos pares de calcetines de hilo que creo que tendrán poco uso, ¡y yo que sabía que iba a venir tanto calor!.
Hemos pasado de salir de casa por las tardes tempranito para aprovechar las horas de luz a no poder salir hasta las 7,30 de la tarde por lo menos… Cualquiera sale a la calle con 35º a la sombra, como para ir a un parque. Así es normal que los niños estén tan descolocados, si estoy decolocada yo y eso que me encanta el calor.
Lo bueno es que yo ya tenía ganas de estrenar la playa, y con la que ha caído este fin de semana, como para quedarnos en casa. Por fin pudimos disfrutar del primer día de playa oficial del año, y como es habitual será el primero de muchos porque Iván adora la playa, se lo pasa como en ningún sitio.
Las playas aquí suelen tener mucho arenal entre el aparcamiento y la playa en sí, vamos, que hay que andar, así que desde que me compré mi bandolera cuando Iván tenía un añito esa es la mejor forma de llevar a mis niños. Así al menos puedo llevar a Antía conmigo y a la vez darle la mano a Iván e incluso llevar alguna bolsa o la silla en la otra mano.
El sábado el agua estaba fresquita así que no quise bañar a la niña, pero no pude evitar meterle los pies para ver si reacción. Esta es de las mías, nada más rozar el pie en el agua dio un respingo hacia arriba, empezó a llorar y ya no hubo manera, se me agarró como un mono y si intentaba acercarla al agua se agarraba aún más y subía las piernas para que no llegaran a rozar el agua, no sabe nada. Sin embargo se entretuvo muchísimo en la toalla, se sentó a observarlo todo, tocaba la arena, se llevaba la mano a la boca, hacía muecas de “no me gusta esto” y a otra cosa. Qué diferentes pueden ser dos hermanos, Iván no se estaba quieto en la toalla y comía arena a kilos, y Antía se queda sentada en la toalla tan tranquila y pone cara de asco cuando se nota las manos manchadas de arena.
Iván no paró de correr de un lado a otro, se dio un paseo con la abuela, otro con Papá, otro conmigo, jugó al fútbol, intentó hacer algún que otro amiguito, se bañó cuanto quiso; se pasó el día de la sombrilla a la orilla y eso que estaba algo lejos (la marea estaba muy baja y entre la arena seca y la orilla había un buen trecho de arena húmeda y dura), se metía en el agua, subía corriendo ,se tiraba en la toalla, se llenaba las manos de arena y como es mu fino y no le gusta ensuciarse decía “necesito lavarme las manos” y otra vez caminito hacia la orilla; y uno de nosotros con él, porque no era plan de confiarnos y dejarlo solo, nos dejó baldados de tanto paseo a la orilla. Con tanta actividad no hacía más que comer a cada rato, ya se sabe que la playa despierta el apetito y más cuando llevamos una comida tan rica…
 
No es de extrañar que en cuanto nos subimos al coche se quedara dormido, de lo cansado que estaba. Se despertó al llegar a casa pero en cuando se bañó y cenó pidió irse a dormir en seguida.

El domingo como no repetimos pero esta vez fuimos a una playa nueva. Llevamos años yendo no a la misma playa exactamente pero sí al mismo entorno, por cercanía, aunque los fines de semana cuesta mucho aparacar y normalmente hay que andar mucho hasta la playa. Así que decidimos cambiar de rumbo y tiramos hacia la zona de Matalascañas, nos paramos en una playa del entorno de Doñana. Aparcamiento de pago -por ser del Paraje, si es para contribuir con los linces yo pago-, un camino de madera de 1,3km de distancia hasta la playa -casi me muero de la caminata que nos dimos, cargados con sillas, sombrillas y neveras, aunque la sombra de los pinos y la brisa del mar ayudaban a caminar- pero tanto la belleza del camino como la de la playa bien valieron la pena.  
Nos encontramos con una playa tranquila, poco concurrida -lo que se agradece porque en la playa donde vamos habitualmente te enteras de todo lo que hacen y de todas las conversaciones de los que están a tu lado- y nudista. Sí, una playa nudista, no catalogada así oficialmente -me refiero a que no había ningún cartel informativo- pero se ve que sí aceptada socialmente. Al llegar plantamos las sombrillas, las sillas, fuimos a probar el agua y comenzamos a caminar un poco por la orilla; conforme caminábamos empecé a notar que había más gente desnuda que vestida y fue cuando me di cuenta del motivo por el que esa playa estaba más tranquila. Pero bueno, como estaba claro que allí se acepta de igual modo que vayas en bañador o desnudo, nadie dice nada a nadie, pues nosotros a nuestra bola, pues tampoco es algo que me moleste. Incluso me sorprendió que Iván saludaba a los nudistas como si tal cosa, y yo temiendo que soltara alguna de las suyas y me hiciera morir de vergüenza, pero creo que lo vio tan natural que no le llamó la atención en absoluto.
Volviendo al tema de la playa en sí, hacía más calor que el día anterior y el agua estaba muy agradable, aún así a Antía no le gustó nada, no solo la temperatura sino que parecía que le daba miedo el ir y venir de las olas. Le mojé un poquillo los pies, la puse de pie sobre la arena húmeda pero tardó pronto en engancharse de nuevo a mí en cuanto vio la ocasión. Luego la senté sobre la arena y allí estuvo un rato jugando con el agua, las conchas, señalando a un lado y a otro, ahí sí que disfruto mucho.
 Iván sin embargo es un pescadito, muy prudente esos sí, solo se mete hasta donde sabe que puede meterse y no consiente entrar más de ninguna de las maneras. En esta playa no había tanta franja de arena húmeda así que estábamos relativamente cerca de la orilla e Iván podía ir y venir asu aire, sin tener que ir uno de nosotros con él, así que se pasó el día paseando con su cubo, jugando con el balón, echamos alguna partidilla a las palas y nos dimos nuestros buenos paseos.
A mí me costó trabajo meterme en el agua pero hacía tanto calor que a las 5 de la tarde no podía más y, aunque en principio solo iba a remojarme, empecé a meterme, a meterme y a meterme y al final me di un buen baño sola, tranquila, totalmente relajada, salí como en una nube y notaba mi cuerpo totalmente descansado, qué placer. Iván no salió del agua hasta casi la hora de irnos y después de todo el día de juegos, carreras y baños le costó recorrer los 1,3km del sendero a pie y ninguno podíamos llevarlo en brazos porque íbamos cargados, yo con Antía dormida en la bandolera, así que despacito e inventando juegos al final logramos hacer el camino. Y como no, nada más sentarnos en el coche los dos peques dormían como benditos…

La verdad es que la playa es fantástica, la posibilidad de correr y divertirse con total libertad, en plena naturaleza, respirando un aire sano, puro y limpio, sin necesidad de gastar a penas dinero se pasa un día estupendo. Iván ya está preguntando cuándo vamos de nuevo a la playa, y es que no me extraña, con lo bien que se lo pasa.
Lo malo del calor es los efectos colaterales que conlleva, yo ya estoy acostumbrada y parece que Iván no lo está notando demasiado aunque le ha brotado de nuevo la dermatitis atópica en las zonas de pliegue; pero Antía ha tenido unas décimas de fiebre y parece que tiene menos apetito, de hecho ayer y hoy vomitó la merienda, quiero pensar que es a consecuencia del calor. Le he empezado a dar agua porque parece que la teta no le llega a quitar toda la sed, la verdad es que lleva unas semanas que a penas mama (de hecho creo que de no ser por  mi insistencia se hubiera destetado) y estos días de repente quiere más teta de lo habitual y se desespera, así que le voy dando un poco de agua en un vasito de parendizaje porque con este calor tan tremendo quiero prevenir la deshidratación.
También se le ha alterado el sueño, duerme a deshoras, por la noche se despierta muchas veces, pero tampoco me extraña porque desde que vino este calor yo no he logrado dormir más de 5 horas seguidas. La pobre suda como un pollito así que procuro tenerla siempre lo más fresquita posible, este calor me ha cogido desprevenida y no le tengo ningún pijama de verano, así que hemos tirado de fondo de armario del hermano y aquí la tengo, durmiendo con los peleles cortos de Iván, la mar de guapa ella.
Espero que las temperaturas se estabilicen un poco, no creo que haga frío porque no recuerdo ningún mes de mayo frío, pero este calor no procede en este tiempo, necesitamos una temperatura moderada para adaptarnos a los rigores del verano, que de seguir así nos dará un síncope. De hecho hoy ha habido problemas con el suministro de luz, se ve que tanto aire acondicionado puesto a la vez ha saturado la red, si es que nadie se esperaba la que nos está cayendo, porque si marzo mayea mayo marcea, y al fina marzo mayea, abril febrea, mayo juliea, y así los meses al revés. Solo me falta tener que sacar la bufanda en pleno julio.

12 thoughts on “Dias de calor, playa y efectos colaterales

  1. Sesi

    ¡El tiempo está loco!

    Que envidia me ha dado está entrada. Tengo unas ganas tremendas de ir a la playa con mis chicos.
    Este año, David lo disfrutará muchísimo más.
    Ya me lo imagino correteando por la arena, y corriendo detrás suya para evitar que se meta solo en el agua. …………..

    ufffff, creo que me loe stoy pensando mejor….

    Jajajajajajaja

    Besos ;D

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  2. Eva

    Una entrada muy xula, y qué fotos más bonitas… La de Antía de pie sobre la arena me hace tanta gracia!!!

    Yo tengo también muchas ganas de estrenar la playa y la piscina, pero aún no me he atrevido, y eso que tengo piscina en el terrado de casa. Aunque hoy, almenos aquí en Barcelona, vuelve a hacer más fresquito.

    Besos!

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  3. Ness

    Dani lo dice, que nos hemos quedado sin primavera, pero vamos que me declino yo, que los que os habeis quedado sin ella sois vosotros. Yo hoy he amanecido con un viento frio y he tenido que subir a casa a por unas chaquetas…Creo que subiran las tempes durante el día, pero no tanto calor como el que teneis por el sur…

    Mu guapos tus peques en la playa. En ná vais a coger color.

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  4. Princesa Fol

    que chulas las fotos, pobrecillos que cansadillos quedan de pasar el rato en la playa verdad!, que bien sienta!
    Besos

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  5. Maria MiPequeñoKoala

    Lo de este fin de semana en el sur ha sido de horror, verdad?? Nosotros tb estuvimos en la playa el sábado!!! A ver si coincidomos y todo?, estuvimos en El Portil! jajaja la playa a la que fuisteis el domingo es genial, lo malo es la caminata pero merece la pena. Que fotos tan bonitas, me alegro de que lo disfrutarais. Un besito

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  6. Elena

    Qué fotos mas bonitos, tienes unos hijos dignos de admirar.
    Y me das envidia sana con tanta playita, calor, sol…. aquí hace de perros, todo lo contrario.

    Que disfruteis mucho.

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  7. Sofia

    q bien q Antía e Iván se dejen los gorritos puestos. q envidia !!!!
    jejejeje.

    anda q no lo pasan bien en la playa, me encanta la foto de las sillas en el coche.

    besos

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  8. Belissa

    Que envidia por favor!!! Tengo ganas de ver el mar….

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  9. London

    Pues nena yo no recuerdo primavera de nunca…sobretodo donde vivo ahora pasamos del plumas al nudismo de un dia para otro!!!

    Yo aun no me he atrevido a bañarme, soy muy caguica para eso, será Julio y aun estaré empezando a remojarme jajaja. Mis niñas si se han bañado en la piscina de la urbanización con su padre… que valientes me han salido!!

    Hoy aqui refresca, tengo las ventanas cerradas y no voy semidesnuda… que gustazo!

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  10. jenny

    ya te digo,aqui ayer un calorazo,pero hoy ya refresco mas la cosa,pero estoy cansada de poner sabanas de invierno y al dia siguiente de verano y luego otra vez invierno,y asi con los pijamas uff,que venga el calorcito pero moderadamente,que esto solo vale para coger gripes y cansar,si ya digo que el tiempo esta loco,fijate que en Sarajevo tuvieron dias de 30º de calor y esta semana les esta nevando y tienen 40cm de nieve y 0º tu crees que es normal??

    Besotes

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  11. Lady Kitty

    Qué bien, se nota que lo habéis pasado genial. Los nenes dormiditos, pobres, se nota que estaban molidos… A mi el calor me ha traido dolor de garganta y mucha tos, que me enfrío de sudar por las noches, ainssss, qué pena de salud, jajaja. Un besote!!

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  12. Annie74

    Que lujo de entrada.. que envidia!! Ains.. lo agustico que se esta en la playita.. y que lejos nos pilla a algunos…
    Estos calores son bufff… horribles.. pitufo ya duerme sin camiseta ni nada.. no quiero pensar que sera en agosto!!
    espero que antia mejore rapido.
    besos.

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