Parto normal, parto natural… y nuestro derecho a decidir

“Es el proceso fisiológico único con el que la mujer finaliza su gestación a término, en el que están implicados factores psicológicos y socioculturales.
Su inicio es espontáneo, se desarrolla y termina sin complicaciones, culmina con el nacimiento y no implica más intervención que el apoyo integral y respetuoso del mismo.”
Así define la Federación de Matronas el concepto de “parto normal”. Y es que muchas veces nos creemos que lo normal es todo lo contrario… tactos innecesarios, monitoreo, goteo, oxitocina, enemas, rasuramiento, episiotomía…
Y no quiero decir que todo esto sea malo, aunque tampoco que sea bueno… sino que todo depende de las circunstancias, y que las cosas no se deben hacer porque sí, o por protocolo, que es lo mismo.
Lo ideal sería que desde la administración se pusieran medios para que humanizar el parto, que no hubiera tanto protocolo y si más medios tanto materiales como humanos, que parir no fuera una tortura para muchas por falta de muchas cosas… pero no todo está en manos de la administración o, mejor dicho, mucho está en nuestras manos.
Siempre se ha dicho que la información es poder, y qué sabias son estas palabras. En el tema del embarazo, el parto, la maternidad, la información bien recibida puede ser muy útil, sobre todo para quitarnos miedos, afrontar situaciones dif’íciles como el parto, ver las cosas de otra manera…
Lo más importante, saber que tenemos derecho a decidir cómo parir, a ser respetadas, a que no se nos trate de cualquier manera y a que nuestro parto, en la medida en que todo transcurra sin complicaciones, sea una experiencia gratificante en lugar de un mal recuerdo.

El PLAN DE PARTO es algo que ayuda a que nuestras peticiones lleguen a oídos de quienes van a intervenir en tan especial momento. Es la manera de hacer conocer al hospital o lugar donde vamos a dar a luz nuestra voluntad llegado el parto, saber cómo queremos ser tratadas, y cómo queremos que sea tratado nuestro bebé.
Muchas futuras madres no conocen la existencia de los planes de parto, y si lo mencionamos piensan que es una idea descabellada o una intromisión en la labor del personal médico, y nada más lejos de la realidad. A lo largo del embarazo podemos tener muy claro lo que queremos, pero llegado el momento del parto, dadas las circunstancias, es muy fácil flaquear y dejarnos llevar.
Y todo depende del equipo médico que nos encontremos, porque tanto podemos tener la suerte de dar con quien apuesta por el parto natural y el no intervencionismo, como por lo contrario, dar con quien por costumbre o por comodidad protocolariza el parto aunque no sea necesario.
Yo tengo la tremenda suerte de guardar un gran recuerdo de mi parto porque fue casi perfecto (solo falló que no pusieron a Iván sobre mí conforme nació…) y a los minutos de nacer Iván pensé que mi parto se había acercado a todo lo que yo hubiese pedido en un plan de parto. Pero hay quien no puede decir lo mismo. Mujeres a las que se les provoca un parto o se les practica una cesarea sin darles la oportunidad de ponerse de parto por sí solas, por si acaso… oxitocina antes de intentar una dilatación natural, dilatación acostada en lugar de de pie o sentada, episiotomía por que sí cuando un desgarro puede tener menores consecuencias… que no digo que llegado un momento todo esto sea necesario, pero que se haga cuando sea necesario, no por comodidad de los médicos, por agilizar las cosas (cuando a veces se consigue lo contrario y se enlentece el proceso…).
No voy a hablar de la epidural porque creo que es una cuestión muy personal, yo creo que en circunstancias normales es mejor parir sin ella porque puede retrasar la dilatación y dificultar el expulsivo, pero está claro que cuando la duele, duele, y ahí nuestra cabeza no responde. Yo pedí la epidural a gritos porque no soportaba el tremendo dolor de las contracciones, teniendo en cuenta que tuve un parto de riñones… el matrón que me reconoció me recomendó que no me pusiera epidural, que iba a parir mejor sin ella, pero en ese momento me daba todo igual. Afortunadamente la cosa fue tan bien que tras romper aguas mi dilatación se disparó en tiempo récord y no hubio tiempo de ponerme la epidural, dilatar y empujar vino todo en un momento e Iván nació en poco más de una hora.

Después de eso me he dado cuenta de que, con todo el dolor que pasé, de verdad es aguantable, aunque llegado el momento pensemos que no… y también tengo la sensación de que si finalmente me hubiese puesto la epidural no hubiese ido todo tan bien, ya que un parto tan rápido, sin episiotomía, con un leve desgarro no se yo hasta que punto se hubiese podido dar con la epidural. O a lo mejor sí, que yo no soy experta en esto… pero creo que nuestro cuerpo es sabio y repito, en la medida que todo vaya bien, hay que dejar que el cuerpo trabaje, sin intervenir.
Otra cosa que veo fundamental, y que no se aplica en general, es la posibilidad de que la dilatación se haga de pie, sentada, caminando, sobre una pelota… bueno, ya no digo en agua, que sería fantástico, pero creo que pedir libertad de movimientos no es mucho. Y se tiende por lo general a mantener a la parturienta acostada en la cama de dilatación, monitoreada y cableada (o cabreada, muchas veces), cuando la postura acostada es la menos indicada para favorecer el descenso del bebé, ya que no permite que la gravedad ayude. Incluso sería fantástico que el expulsivo no se diera con la futura madre acostada, por muy cómoda que sea esta postura para los profesionales, seguro que se evitarían muchos desgarros y episiotomías.
Que nos permitan elegir cómo llevar la dilatación y los pujos, las posturas, que nos pongan al bebé “piel con piel” nada más nacer y así facilitar el comienzo de la lactancia materna… hay tantas cosas… pero todo se reduce en lo mismo, que el parto sea natural en la medida de lo posible, y de esta misma manera, que se nos respete. Hay muchos profesionales que basan su actuación en ello, otros todavía no se han dado cuenta de lo beneficioso que es, y en nosotras está que, poco a poco, podamos ir cambiando las cosas.

Yo espero repetir maternidad pronto y, llegado el momento, esta vez lo tengo clarísimo, presentaré mi plan de parto para asegurarme que, por lo menos por mi parte, vuelvo a vivir un parto maravilloso.


2 thoughts on “Parto normal, parto natural… y nuestro derecho a decidir

  1. PATRY

    Mi parto fue de esos que comentas horrorosos, bueno.. directamente no fué mio.
    ME preparé mucho en el embarazo, me fuí a un hospital privado.. pero lo hicieron como a ellos les dio la gana.
    Rompi aguas, pero apenas tenia contracciones, me las provocaron con la mano, cada media hora, no pare de sangrar, y me dolia mas el desgarro que tenia por dentro que las contracciones que eran de riñones, pedia la epidural a gritos, pero no me la pusieron hasta 10h despues, por que era semana santa, sabado y interesaba que el niño viniera cuando ellas querian.
    Durante el expulsivo me hicieron llorar, diciendome una vieja amargada que no estaba empujando bien.
    Me rajaron, ya me habian dicho meses atras que siempre lo hacian.. así que ya sabia a donde iba.
    Cuando Oliver tenia que venir me tumbaron y me relajaron para que viniera a las 8h de la mañana que era para cuando a ellos les iba bien.
    Di a luz y la comadrona (la amargada) se llevo al niño para limpiarlo cuanto antes por que habia terminado su turno…
    Como puedes ver un parto perfecto.
    De todos modos.. valió la pena y volveria a pasar por ello.
    Pero eso si.. ahora se a lo que voy y si me vuelve a pasar lo mismo me voy para casa auqnue de a luz en un taxi.

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  2. Ross

    Es muy importante poder decidir que tipo de parto tener, existe una documento internacional que menciona todos los derechos de la mujer embarazada y habría que respetarlos

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