Ayer tuvimos la última ecografía en el ginecólogo privado, la última de la que nos han dado foto, el último recuerdo gráfico de nuestro gordo en mi barriga. Nos sentimos muy afortunados porque una vez más todo está perfecto, el niño crece sano y sin complicaciones, ya se está preparando para venir al mundo y cada vez está más cerca el momento.
A estas alturas tenemos ya un bebote de 3108 gr, vamos, un niño grandote y bien criado que si se decidiera a nacer ya no tendría que pasar por la incubadora, así que estamos muy tranquilos sabiendo que puede venir en cualquier momento sin preocuparnos.
Así que así andamos, ultimando todo, ya nos queda poco para convertirnos en una familia, aunque de Iván no nos falta nada, sólo nos falta el. Pero nos damos prisa en acabar de pintar la casa y poner el suelo, para que no se nos eche el tiempo encima y no nos veamos con el peque aquí y todo por medio. Así que un día sí y otro también lo echamos en casa arreglando cosas, bueno, yo más bien dando ánimos y apoyo moral porque poco puedo hacer con mi tremenda barriga y con el calor horroroso que está haciendo.
Hasta ahora no tenía ganas de parir, y bueno, sigo sin tenerlas, la verdad, me lo paso tan bien sintiendo los movimientos de Iván… pero es ceirto que ya estoy muy cansada, me cuesta todo mucho, me pesa la barriga y tengo los pies que parecen “patacas da miña terra” de hinchados que están, así que mi propiocuerpo me está dando motivos para querer parir pronto.
Y aunque disfrute tanto sintiendo a mi gordo, reconozco que no puedo ser egoísta y ya toca que su papi también lo disfrute, cuando Iván esté con nosotros ya no tendré su exclusiva y podremos compartir mucho más todas las sensaciones de nuestro peque.
Así que ya queda poco… ¡quien sabe cuando daremos la gran noticia!